Disfrutad la final de Copa, de cada segundo, que no se juegan cada año
Será la cuarta en 24 años, y eso hay que valorarlo por un lado, pero sobre todo vivirlo con toda la intensidad del mundo por otro

Este es un consejo para todos aquellos aficionados del Valencia que se van a tomar el partido de hoy como si fuera una más, cuando por supuesto no lo es. Para los que no miran pelo y silban cuando el equipo no juega bien, o insultan como si fuera una sana costumbre, a aquel jugador o jugadores que les caen mal o no les parecen bien. A todos aquellos que vayan con ese chip a Sevilla, que se bajen del autobús, del coche o del tren, porque allí no pintan nada. A los que lo piensen y se queden en casa, que se vayan a dar un paseo a la playa, sin móvil, y a eso de las 23 horas ya vuelven a ver cómo ha quedado el tema. Y si hay prórroga, que se vuelvan a marchar.
No, hoy no es un partido más, es una final de la Copa del Rey. Será la número 17 desde que jugamos la primera en 1934, y eso quiere decir que lo normal no es estar, más bien al contrario. No se puede afrontar, desde el punto de vista del aficionado, como si fuera un encuentro normal y corriente. En un año en el que no paramos de decirnos a nosotros mismos lo mucho que hemos madurado, lo que hemos crecido y lo que hemos evolucionado, es un momento perfecto para seguir demostrando que esto es así. No entramos en ganar o perder, que eso será otra cosa, hablamos de cómo vivirlo, de cómo transmitirlo a nuestros hijos. Pensemos y seamos tan “mayores” como debemos ser.