Respetar al Valencia es mucho más que insultar a la hija de Peter Lim
Que la hija del dueño haga un reportaje con la firma Gucci en instalaciones del club y con su plantilla, para Singapur, ¿porqué es malo?
En Valencia hay muchas ganas de venganza y muchas cuentas pendientes de parte del entorno con Peter Lim, con Meriton y con todo lo que le rodea. Y lo digo con todo el respeto del mundo, porque algunos de los que las tienen son amigos o conocidos, les tengo aprecio personal y profesional, pero igual que ellos exponen sus argumentos y opiniones, yo hago lo mismo desde el respeto más absoluto. Que Kim Lim haga un reportaje para la forma Gucci y que se publique en una revista de su país, en definitiva, que haga “branding” de la marca Valencia Club de Fútbol, ¿me explica alguien con calma porqué es malo? ¿Qué daño se le hace a la institución? ¿Qué diferencia hay entre esto y el reportaje de la “influencer” rusa que estuvo hace unas semanas por aquí y del que NADIE dijo NADA?
#Vídeo
— ONDA DEPORTIVA (@ODValencia) 12 de diciembre de 2018
Kim Lim protagonista en la revista Icon Singapore con la plantilla del @valenciacf
-el reportaje se grabó en el mes de septiembre pic.twitter.com/sykAvg8kEi
La temporada está siendo un desastre, el balón no entra (como si pasaba el año anterior), Anil Murthy no hace más que poner zancadillas a su propio jefe, y luego siempre nos queda el “comodín” de Kim Lim, que sí, es una niña que ha hecho cosas que se debería haber ahorrado, pero a la que se la insultado de una manera que daba vergüenza. Vamos a centrarnos en muchas cosas. Lo primero es que si algo es criticable, se critica. Pero algo que hace alguien que no me cae bien no es criticable si no hay materia para hacerlo más allá del rencor personal. Y esto es fácil, si tomamos nota de dos cosas: la primera es que cada uno de nosotros traiga una forma de prestigio mundial y le hagan un reportaje en un revista para otro país. Y la otra, que si queremos mandar en el Valencia es sencillo, le pagamos a Lim lo que ha puesto, asumimos sus compromisos, y así su hija ya no vendrá más.