Que nadie mate la ilusión del Centenario del Valencia

El Valencia y su entorno han vivido el verano más ilusionante que se recuerda en décadas. Todo era buen rollo y mejores vibraciones, ya que todo lo que pasaba era positivo. En forma de fichajes por un lado, con una notable traca final que llevó la locura al valencianismo, con la no salida de los elementos clave del equipo, al menos para Marcelino García Toral, y con ese pulso ganado al Real Madrid y su aparato meditativo en el asunto de Rodrigo Moreno, en el que el club de Mestalla se plantó no bajando la cifra de un posible traspaso por debajo de 120 millones de euros. Se volvía a pasar de los 40.000 abonados, una cifra que hacía muchos años que se conseguía, y un entorno, en general, que sólo veía cosas positivas en el año previo al Centenario de la entidad, una fecha muy especial para todos sin lugar a ninguna duda.

Además se renovaba a Marcelino por un año más, hasta 2020, dando todo el mando deportivo al asturiano junto con el director deportivo Pablo Longoria, y el director general, Mateo Alemany. Ese buen rollo, esa sonrisa absoluta que emanaba del club se ha tornado mueca de tristeza por el comienzo, que ha sido horrible, no le pongamos paños calientes. Pero arrancar la ilusión de esa manera en pleno mes de septiembre tampoco es bueno, porque todavía no se ha muerto nadie, nada se ha terminado y se pueden alcanzar las metas alcanzadas marcadas. Seamos un poco más pacientes… que no tenemos otra.