Los despedidos en el Valencia de Meriton

Siguen cayendo empleados, de todo tipo, de todos los departamentos, en cualquier momento, y eso tiene un precio en muchas cosas

Toni Hernández | 03 ABR. 2018 | 07:00

Los despidos en el Valencia de Meriton son una cotidianidad en los últimos tiempos, que aunque no cesen y sigan cayendo empleados, es como si no pasara nada. Y eso me preocupa, porque entiendo que el club pudiera estar sobre dimensionados, es decir, que hubiera más gente de la que realmente hace falta. O que Peter Lim haya querido meter a todos los que son de su confianza en todos y cada uno de los puestos de la entidad. Eso tampoco sería criticable, porque el que paga la fiesta tiene derecho a elegir a quién invita, y eso estaba claro desde el primer día aunque a muchos les cuesta asumirlo. Pero lleva cayendo mucha gente, muy válida, que entiende el club, su forma de funcionar y de vivir, que hace bien su trabajo, y que tiene ese punto de sentimiento que hace que no haya horas ni días, sino el hecho de lograr algo grande con el equipo de sus amores. Y están cayendo todos.

En algún caso me he enfadado, mucho, primero porque no lo entendía y segundo porque cuando tocan a tus amigos, si te corre sangre por las venas, te tienes que encender. Pero es que siguen habiendo despidos, y trabajar con ese ambiente, sabiendo que el día en el que estás puede ser el último, no es forma de trabajar, no se puede rendir como toca por muy profesional que puedas ser. Vivir en la cultura del miedo no es sano para nadie, y eso el Valencia lo tiene que parar. ¿Hay que hacer una especie de ERE? Se hace y se dice, pero hay gente que se ha dejado el alma por el Valencia a costa de su familia, y lo mínimo es un trato digno, aunque tengan que ir a la calle.