El Valencia y su victoria por lo civil o por lo criminal

Sólo valía ganar, sólo se podía ganar, porque lo que está en juego es nada menos que jugar la Champions League el año que viene

Toni Hernández | 11 FEB. 2018 | 22:35

El Valencia tenía que ganar su partido contra el Levante por lo civil o por lo criminal, como dicen los clásicos. Los resultados no eran malos, sobre todo esa derrota del Villarreal contra el Alavés, y aunque la victoria del Sevilla mantenía a los hispalenses todavía lejos, era una ocasión de oro para aumentar distancia terminando un mes espantoso y duro a todos los niveles. Mestalla parecía que no iba a presentar buena cara, y hasta se dio a pesar de una mala hora en domingo. Era el partido duro, porque ya no estaban delante ni Madrid ni Barcelona ni Atlético, no eran las semifinales de Copa del Rey, pero eta el derbi de la ciudad. Y encima se marcó el 1-0 pronto, de nuevo un Santi Mina, que con todo, se está marcando un año extraordinario. El empate a 1 en la siguiente jugada era un palo duro, pero aun así, el equipo, sin dar su mejor versión, fue muy superior en la primera mitad.

En la segunda mitad, el arranque fue más flojo, y se apreciaba que la gasolina empezaba a escasear, porque hay muchos jugadores clave que están lejos de su mejor momento, y eso el equipo lo nota horrores. Chispazos sin más, pero sin continuidad ni precisión, y un Levante metido atrás con todo. Y con la misma necesidad de ganar… Los visitantes incluso, pisando el área con peligro, porque los de Marcelino no podían de ninguna manera. Venía luego la jugada clave: el colegiado anulaba, mal, un gol legal al Levante, y en la siguiente jugada, Vietto hacía el 2-1. Faltaban 24 minutos. Con contras y fallos del tercero, con Mina peleado con el palo se iba llegando al final. Llegó el penalti a Zaza, que mejoró al equipo y mucho, dio para el 3-1 de Parejo. Faltaba el gol del italiano, pero el partido estaba ganado.