El traspaso de Fabián Orellana

No debe ser algo traumático, ya que se ha llevado con buen talante y con la verdad por delante, y sólo es una cuestión de fútbol, nada más

Toni Hernández | 24 AGO. 2017 | 15:21

El Valencia va a cerrar el traspaso de Fabián Orellana, aunque su destino final todavía no está claro, ya que si bien todo parecía indicar que se marchaba a Turquía, ahora parece que la vía otomana ha sufrido un revés, abriéndose otra completamente sorprendente por un lado, aunque no tanto por otro: el Celta de Vigo, el club del que vino en enero. De allí se marca porque su relación con Berizzo es más que tóxica, y el actual técnico del Sevilla no quería verlo ni en pintura. Pero ahora que no está y que Marcelino García Toral no lo ve en su Valencia, la posibilidad de volver a Balaídos está encima de la mesa, aunque como cuenta nuestro compañero Dani Meroño, a día de hoy, el club vigués todavía no ha mandado oferta ninguna.

Orellana sale porque el técnico asturiano no lo considera clave, no tiene ninguna queja sobre él, no hay problema internos, no hay cuestiones de fondo. Marcelino prefiere otro corte de jugador, con más recorrido hacia atrás, que defienda más en definitiva. Y se lo ha dicho al chileno a la cara, como se deben hacer estas cosas, sin que ello haya supuesto una guerra abierta, ni mucho menos. Y es que en esta club, ahora mismo, las cosas se hacen como toca, como se debe, respetando las reglas no escritas del mundo del fútbol. Y eso, igual que cuando se hace todo al revés se critica, es digno de destacar. Aunque a alguno le siga doliendo cada vez que pasa algo positivo en la entidad de Peter Lim.