El desprecio al trabajo de José Ramón Alesanco y su equipo en el Valencia, vergonzoso

Es posible que me caigan muchos palos por decir esto, tan posible como que todos y cada uno de ellos me van a dar igual, ya que uno piensa por sí mismo

Toni Hernández | 25 AGO. 2017 | 00:01

Siempre se ha dicho que en cada aficionado al fútbol había un entrenador, aunque hoy en día, esa figura ha sido sustituida por la de director deportivo, ya que todos sabemos más que el que ocupe el puesto en el Valencia, ya sea más o menos válido. Eso es una máxima que no se puede discutir, porque si uno lee las redes sociales, se da cuenta que si el club no ha cerrado antes las operaciones que han terminado saliendo es porque son un grupo de incapaces, no porque haya que lidiar con agentes, clubes, fair play financiero y esas cosas modernas, sino porque no tienen ni idea, y el que menos Alesanco, que como no sonríe en las fotos, no sabe ni cómo se llaman los fichajes nuevos. Hace falta ser simple para decir cosas así, o tener mucha mala leche y alguna cuenta pendiente, que de todo hay.

No voy a esconder que tengo una buena relación personal con él, aunque también la tenía con Suso García Pitarch, nada tiene que ver. Pero aquí hacemos simples procesos que tienen una complejidad terrible, atribuimos a personas cosas que ni por asomo hacen, y sobre todo, tendemos a crucificar a aquellos que simplemente nos caen mal porque otros hablan mal de ellos. Juzgar la labor de Alesanco es complejo, porque son muchos factores, pero lo que no se sostiene es el ninguneo, la falta de respeto y el menosprecio a su figura, hacia su trabajo y al de todo el equipo que él ha ido formando. Marcelino lo sabe, no es tonto, y tiene claro que gente de fútbol nunca sobra en un club. Y Mateo Alemany tampoco, pero como Alesanco no sonríe ni se hace fotos en comidas, no sabe lo que hace ni pinta nada... Todo muy científico.