De medio privado a medio privado: hay que tener la cara muy dura para el “mal empezamos”

Partimos de una base clara: todos somos libres de decir lo que queremos, hasta los muchachos de “provincias”, que hace tiempo que dejamos de ser la mayoría silenciosa

Toni Hernández | 15 AGO. 2017 | 10:33

Que Madrid y/o Barcelona, y sus medios, se quejen de los árbitros, es una vergüenza que el fútbol español no debería consentir, porque es lamentable, vomitivo, repugnante. Piensan que juegan solos, porque al final, todos hemos dejado que parezca que es así, porque tienen todos los privilegios y prebendas, firman contratos de televisión que son un agravio comparativo y que matan la competición, tienen derecho a hacerse calendarios a medida, a controlar los medios, públicos (que es lo lamentable) y privados, y en los últimos tiempos han optado por una última derivada que ya es intolerable: pretenden reírse de todos aquellos clubes y aficionados que no son de estos dos equipos, que gracias a Dios, somos muchos millones en este país, aunque a veces intenten taparlo, o como dijo Florentino Pérez el otro día, de broma o sin ella, “somos del Real Madrid, pero no lo sabemos aún”.

Una portada del diario Marca, el periódico más vendido y leído de este país (dato que también explica muchas cosas), en la que básandose en el Barcelona - Madrid de la Súpercopa de España titular “Mal empezamos”, aludiendo a quejas sobre el arbitraje, es un insulto al resto de clubes del fútbol español. Y no sólo hablo de Primera, sino de todas las categorías. Aquí todos nos jugamos muchos, todos hacemos muchos esfuerzos, y todos sufrimos errores (los más) y acuerdos (los menos), del colectivo arbitral. Pero parece que ellos, Madrid y Barcelona, deben estar también por encima de esto. Da rabia, da asco, da pena, y genera mucha impotencia, porque nada va a cambiar, todo seguirá igual o peor. Y viendo lo que les ha hecho el PSG a ambos, quitándoles a Neymar y Mbappé, piensas que hay pocos PSG para amargarles la vida a ambos, muy poco acostumbrados a ser el pez chico… Porque en España nadie consentirá que el orden de las cosas cambie, aunque la mayoría no silenciosa que somos el resto, cada día grite más.