Los árbitros, el Valencia y el respeto

Los árbitros y el Valencia 16/17 son una especie de historia de terror, porque los 11 penaltis pitados en contra, muchos de ellos más que discutibles, hacen que todo el mundo esté de uñas con ese estamento, porque a eso hay que sumarle decisiones ciertamente sorprendentes durante todo el año, como aquel penalti de libro que vio todo el Benito Villamarín en forma de mano menos el árbitro, aunque esa es la tónica de estas dos últimas campañas. Pero todo tiene siempre una parte analítica, que va más allá del cabreo, lógico y justificado, de ver cosas raras en el momento. Pensar en campañas viene bien a la prensa, porque oye, qué narices, eso vende, porque la gente lo consume, lo quiere creer, porque es creíble. Pero es que las campañas no existen, hay veces que las casualidad se ceban con uno, pero también la causalidad hace estragos para que eso pase.

Es curioso que los árbitros maten al Valencia estos dos años, quizá los peores desde el descenso a Segunda en 1986, cuando peor ha jugado l equipo, cuando más lamentable ha sido su forma de defender, cuando más veces le han llegado al área, cuando más veces has estado sin dejar la portería a cero, cuando más tiempos has pasado sin estar entre los primeros de la tabla. Si, los colegiados llevan un año con el equipo para hacérselo mirar, pero que no deja de ser el que lleva el equipo respecto al fútbol. Y eso ha llegado a parecer más campaña que los de los árbitros...