La revolución ya está aquí: el (nuevo) Valencia de Peter Lim

La revolución de Peter Lim, el nuevo Valencia que quiere su propietario (curiosa manera la de la no importarle el club cuando se esmera de esta forma en cambiarlo todo), ya está aquí, muy cerca, y se palpa en el ambiente, porque noto nervios, muchos nervios, con mucha gente moviendo las posaderas a un ritmo frenético, porque quedarse fuera de la foto otra vez puede ser catastrófico, y todo apunta a ello en algunos casos. Porque al final, tengamos muy claro esto, será una buena revolución si los que la comentamos, la prensa, salimos ganando, ya que si no lo hacemos, será más de lo mismo, el club de los pelotas, de los enchufismos, del no tener ni idea y todo el resto de la letanía que solemos cantar cuando ocurren estas cosas. Ah, le revolución real, con nombres y apellidos, no la sabe nadie más que Peter Lim, aunque jugar a las presiones siempre es divertido.

Porque es curioso de dónde vienen las presiones, y cómo son algunas de ellas, realmente curiosas, que es preferible dejar en el cajón del olvido. O de la vergüenza, según se mire. Hay demasiados ataques personales, demasiadas venganzas que durante muchos años se han dejado latentes, ocultas pero latentes. Y de eso no entiende Peter Lim, su revolución y el nuevo Valencia que él pretende hacer con sus ideas y con su gente, si, con su gente, que será la que a él le da la gana, aunque a alguno le pueda escocer. Y me da que muchas cosas que van a pasar escocerás, y mucho.