El entrenador ya no es excusa

La situación del Valencia requiere un análisis profundo y soluciones de urgencia, a estas alturas existe unanimidad sobre los errores del club y la dirección deportiva en la confección de la plantilla, pero hay muchos futbolistas que no están dando la talla.

Hace solo un año Nuno Espirito Santo parecía tener gran parte de culpa del bajón del equipo. Su excesiva autoridad y el enfrentamiento con pesos pesados del equipo como Negredo le puso en el disparadero, pero con el tiempo se demostró que había problemas más graves. El debate en torno a los diferentes entrenadores que ha tenido el Valencia en este tiempo ha dejado a los futbolistas en un segundo plano. Neville acaparó las críticas al ser un hombre de la confianza absoluta de Meriton, el error fue clamoroso. Durante la etapa del inglés los resultados fueron pésimos y el equipo solo reaccionó cuando tuvo el agua al cuello. Neville no tenía conocimientos ni nivel para dirigir al Valencia, pero la implicación y el trabajo de gran parte de la plantilla durante la temporada fue discreto.

Este verano se lavó la cara del vestuario con muchas salidas. El nuevo Valencia debía partir de una idea de grupo y solidaridad, eso fue lo que vendió la entidad y el propio Pako Ayestarán, el segundo gran error de Meriton en materia deportiva. Los jugadores no asimilaron el discurso y nuevamente volvió a caerse en el conformismo, las derrotas llegaron y un nuevo entrenador recogió su finiquito. La plantilla del Valencia está descompensada, pero con todo eso, existe equipo para estar mucho más arriba en la tabla. Con Prandelli está calando el mensaje del bloqueo psicológico, parece una excusa demasiado simple para unos jugadores que deberían estar luchando por puestos europeos, al menos teniendo en cuenta sus salarios.