Cuando toca hablar de fútbol, en Valencia se baja el telón

Después de una semana con temas apasionantes como una valla que sube y baja o el Instagram de Kim Lim, toca el Sevilla en su estadio

Toni Hernández | 26 NOV. 2016 | 00:02

Siempre he sido un bicho raro en mi profesión, porque jamás me ha podido comprar nadie con dinero, aunque sí he creído en las ideas del Valencia de Paco Roig (al que niegan haber levantado al valencianismo de un letargo eterno), en el de Juan Soler (que fue un iluso soñador, que dejó de patrimonio a Villa, Silva o Mata y un estadio a medio hacer que es el futuro), y en el de Peter Lim, porque me gustan los tíos de un perfil, su que eso no significa que me guste o comparta todo lo que hace. Y como soy ese tipo extraño, en una semana marcada por una valla (los periodistas tenemos el defecto de hacer generales nuestros problemas particulares, y eso es un error) y la cuenta de Instagram de Kim Lim (que a muchos les ha venido bien para hacerla portavoz de su padre, pero solo para lo malo), me toca las narices que de fútbol hayamos hablado lo mismo que de horticultura. O sea, nada.

El cambio de sistema de Prandelli me parece un acierto sobre el papel. Busca cerrar la sangría de goles en contra, y aunque hacen falta victorias, sumar en Sevilla sería positivo, que nadie se engañe. El problema de ese sistema es que sigue necesitando un medio defensivo de jerarquía, no Enzo Pérez, que puede ser un interior con Parejo en el otro lado (aquí ya empezamos a tener problemas para ubicar a Medrán o Mario Suárez), y eso lo necesita igual que el 9, o más. Que no te lleguen mil veces por partido es tan importante como marcar goles. Esta semana a escuchaba que el Sevilla sería un equipo perfecto si tuviera un 9, con lo que el hecho de cerrarse bien atrás e intentar aprovechar alguna que se se tenga, es un plan sólido aunque duela a la vista pensar que el Valencia debe jugar así. Pero hay que quitarse miedos de la cabeza primero. Y hoy es un buen día.