Los fichajes del Valencia: tienen la palabra Lim, García Pitarch y Cesare Prandelli

El Valencia va a hacer varios fichajes en el mercado de invierno, ya que Cesare Prandelli, Jesús García Pitarch (que ha pasado de ser el "por fin un hombre de fútbol" a "un pelota de Lim" en menos de un año) saben de boca de Peter Lim, ese hombre que "pasa" del Valencia pero mete a sus mejores empleados al frente del club y lo mantiene a flote, que así va a ser. Y lo va a ser porque como Peter Lim pasa del Valencia, como hay las santas narices de usar un mensaje de su hija en Instagram para montar un pollo impresentable que es para que un padre se acuerde haga una locura en este caso en forma empresarial, como no hace más que poner gente de primer nivel en estratos no deportivos que cuando la pelota entra a nadie le importan un carajo, como todo eso se da, el dueño va a dejar que una inversión de 200 millones en dos años, más lo que tiene firmado, se vaya por el retrete. Claro que sí, desde luego, apliquemos la lógica valencianí a toda potencia.

Leo, escucho y veo, y aunque ver al equipo abajo me cabrea, aunque dije hasta la saciedad que renovar a Pako Ayestarán era un error, aunque me cansé de decir que faltaba un 9, tengo claro que la crítica a la propiedad del Valencia y todo lo que rodea a la misma depende de muchas más cosas. Hay muchos intereses cruzados: primero los que están fuera y matarían por estar dentro, que esos venderían a su madre porque todo cambiara. Segundo por los que apoyaron a alguien que ya no está, que les prometió el oro y el moro pero que luego cogió y se fue (y hay varias leyendas urbanas respecto a la marcha de Salvo en formato económico). Tercero por los que mataron a Salvo que ahora no tienen a quién matar pero sí les queda el legado del ex presidente, o sea, Peter Lim. Y cuarto y no necesariamente último por todos aquellos que han querido mandar en el Valencia toda la vida sin poner un duro. Que el equipo es un desastre, que no ganamos a nadie, que no marcamos un gol al arco iris, que la plantilla es mejorable. Que sí. Pero todo esto también.