Los brotes verdes de la era Prandelli

Apenas un mes le ha bastado a Prandelli para cambiar la cara del Valencia y devolver la ilusión a la afición valencianista. Todo pasa por ganar en Riazor

Samuel Subiela | 31 OCT. 2016 | 09:30

El Valencia CF cierra hoy lunes la jornada liguera visitando Riazor, en la que es un partido vital para la temporada y las aspiraciones del equipo de Cesare Prandelli. Precisamente, de la mano del entrenador italiano, la ilusión ha vuelto a rodear todo lo que envuelve a la entidad de Mestalla, sobre todo, en el plano futbolístico, donde hacía tiempo que no se disfrutaba ni se respira el aroma del ‘trabajo bien hecho’, al menos, en parte.

Y es que con la llegada de Prandelli, el Valencia vuelve a dejar síntomas de ser un equipo. Con el italiano el Valencia ha recobrado los cimientos básicos de un equipo hecho y trabajado, un equipo donde las semanas de trabajo, y las dobles sesiones, empiezan a surtir efecto en los jugadores. Con Prandelli el Valencia muestra más solidez en todas las acciones del transcurso del partido, algo que da esperanzas al equipo.

Tras los partidos ante el Sporting y el FC Barcelona, el Valencia evidenció un cambio de dinámica, con la lección aprendida, y sabedor en todo el momento del partido del plan que debía de seguir. Una mejora que en la base del equipo que viene acompañada de un aumento en la confianza de la plantilla. Gracias al técnico italiano y a su filosofía, unido a sus métodos de trabajo, han cambiado la cara de una plantilla apática. Jugadores como Aderllan Santos o Mario Suárez han mostrado su mejor cara con el técnico italiano, al igual que Rodrigo Moreno o Munir, que han visto portería en el último partido. Además, futbolistas llamados a ser imprescindibles en el futuro más inmediato del Valencia como Enzo Pérez, Nani, Garay, Cancelo o Mangala se van acercando a su mejor versión, demostrando ser hombres de primer nivel futbolístico.

Por último, los polémicos acontecimientos del partido ante el FC Barcelona han resultado ser la mejor manera de unir al valencianismo, que ha vuelto a rugir y a demostrar ser una afición tremendamente valiosa para su equipo. Las provocaciones de Neymar, Messi, Busquets o Suárez, y la desafortunada actuación de Undiano Mallenco reavivaron la llama ché que se prepara para volver a brillar con fuerza. Y todo eso pasa por ganar en Riazor.