El Valencia de Pako es un desastre, pero tiene corazón

El equipo hizo 75 minutos lamentables, de un nivel pésimo, estaba con 10... y de repente sacó más corazón que en muchos meses

Toni Hernández | 11 SEPT. 2016 | 17:52

El Valencia de Pako Ayestarán es un desastre, un equipo poco o mal trabajado, según se quiera ver, con un problema de identidad futbolística grave, que no sabe si es carne o pesado, que mejora en los centrales pero sigue dando facilidades terribles a sus rivales, que tiene laterales que no saben si suben o bajan, que tiene un capitán que estaba fuera y era nocivo pero luego le dan el brazalete, aunque luego no ejerce de lo que es y decida borrarse de un partido que está imposible con una entrada indecente. Con un portero que estaba fuera en las dos primeras jornadas y luego es titular indiscutible. Que tiene un partido en casa con 0-2 en contra y uno menos, dando una imagen pésima durante 75 minutos, pero que justo en ese momento, cuando lo que todo el mundo espera es que la tragedia y la "desfeta" del Betis sea histórico, se repone, se pone en pie, empata a dos y se lanza tumba abierta a por el partido. Es un desastre, pero tiene corazón y alma. Aunque ese le costara el partido justo cuando parecía que hasta se podía ganar.

Al menos este equipo tiene corazón, y eso es algo que no se puede comprar en el mercado, que no se puede incorporar en el mercado de invierno. Quizá otro medio centro, quizá otro delantero, pero nunca un corazón que saque al equipo del pozo más profundo para poner en pie a Mestalla, con sus aficionados a medio camino entre el hospital por lipotimia y la playa para buscar relajarse por un cabreo absoluto y totalmente justificado. Esa ruleta rusa de equipo tampoco es de recibo, pero al menos ayer se ganó a un equipo que estaba perdido, que estaba muerto, y por muchos sepultado. Hay vida, hay esperanza, hay equipo, y Pako, rey, hay trabajo, porque madre mía de mi vida. Y cero puntos en el casillero, que eso sí duele.