Javier Tebas del Madrid, Villar del Athletic, del Barcelona alguno habrá, y los demás somos gente rara

En medio del cruce de declaraciones entre Fernando Roig y Marcelino por un tema privado, el presidente de la Liga habla de sus colores

Toni Hernández | 06 SEPT. 2016 | 16:32

Siempre me ha parecido una soberana gilipollez eso de decir "no tengo colores, soy un profesional", cuando realmente, debes ser un profesional, y por supuesto tienes unos colores, porque la frase en sí misma es un absurdo, y por ello, que un árbitro, Megía Dávila, dijera públicamente "soy del Madrid", ahora trabaja allí, o que Javier Tebas diga que también es del conjunto blanco, me parece un acto de normalidad, aunque obviamente, si nadie se encabrona al respecto es que no tiene sangre en las venas. La frase "yo soy del Madrid y mi mujer no pone un tuit diciendo que ya se ha hecho el trabajo", en referencia a lo que la mujer del ex entrenador del Villarreal puso cuando el Sporting ganó al submarino y se salvó del descenso, "me voy de Asturias con el trabajo hecho, os dejamos en Primera", ha desencadenado otro polémica más. Pero porque somos varios millones de personas que no somos ni del Madrid ni del Barcelona...

Lo primero, aclaraciones. Los árbitros los controla la Real Federación Española de Fútbol, igual que las sanciones, puesto que los comités son federativos. La Liga de Fútbol Profesional controla los horarios. Es una aclaración importante para llevarse a engaños. Sería importante que todos los periodistas tuviéramos claro esto, que no se tiene. Que el presidente de la LFP diga que es del Madrid, pues bien, quizá no es afortunado, pero no es ninguna tragedia, no seamos tan simples. Que el presidente de la RFEF diga que es del Athletic, algo público y notorio, pues buen, pues vale... Partimos de una base, y es que nadie se fía de nadie, quizá porque ninguno somos de fiar. No le damos normalidad al fútbol, no exigimos a la gente que sean buenos gestores, sino que tengan o no tengan colores, lo que me parece una solemne estupidez. Los colores los deben tener los aficionados, ni los jugadores, ni los gestores, ni los profesionales. Incluso los podemos tener los periodistas, pero sin que se nos vaya la olla más de la cuenta, aunque eso me temo es que imposible.

Conclusión: el fútbol se debe normalizar, debe ser algo natural, no ortopédico. Marcelino hizo todo lo posible para que ese Sporting - Villarreal pareciera de todo menos lo que debía ser, y eso es una burrada. Y su mujer no ayudó precisamente. Que Tebas diga que es del Madrid no es ningún problema, no hagamos dramas donde no los hay. El problema es el fútbol que tenemos, que haya dos clubes que ingresen 3 ó 4 veces que cualquier otro en derechos de televisión, y que los demás lo acepten. ¿Ahí no cuentan los colores? Seamos serios, o al menos, vamos a intentarlo..