El traspaso de Álvaro Negredo

Con la negativa de los clubes de Milán, conviene sentarse y replantearse las cosas, siendo prácticos, y especialmente inteligentes

Toni Hernández | 30 MAY. 2016 | 10:15

El Valencia de Peter Lim decidió haces meses, en marzo, que Álvaro Negredo no estaría en la plantilla 2016/2017, porque el rendimiento era malo, porque el coste era alto, porque su fichaje fue caro, y porque nadie, empezando por el entrenador que había y hay, Pako Ayestarán, y siguiendo por el director deportivo, Jesús García Pitarch, no creen en el 9 vallecano. Argumentos más que suficientes para dejarlo fuera del nuevo proyector, de puertas para adentro, pero que el técnico diga de él que ejerce un liderazgo tóxico, que no se discute aunque es debatible porque todas las partes tienen voz, y que en Milán no haya dinero para su ficha (aviso para el resto de navegantes), hace que la estrategia en el tema Negredo deba ser totalmente distinta. Primero hay que contar con alguien que tenga contactos fuertes en todo el fútbol mundial y esté vinculado al Valencia. Y segundo, hablar con el jugador con calma y a la cara, y entre todos, encontrar una solución que sea razonablemente buena para todos. Lo primero se llama Jorge Mendes, y lo segundo, sentido común.

Echar a la gente encima de Negredo no va a ayudar a nada, porque todas las partes tienen muy claro lo que hay, cuáles son las posturas, las posiciones y los planes. Y conviene no encabronar ni tensar las situaciones, porque desde cierta calma, aunque sea tensa, siempre es más fácil dialogar, y no olvidemos algo: el jugador es el que tiene la sartén por el mancho, tiene contrato y si se le quiere fuera sin más, hay que pagarle hasta el último céntimo. Es decir, mucha calma porque hay que evitar el desastre. Yendo al lenguaje comercial y coloquial, hay que hablar bien del caballo, porque si no, no lo venderás, y para eso, lo primero que ha de pasar es que se deje de hablar de Negredo, al menos personal del Valencia que no sea el director deportivo, y de forma privada. Decir que es una mala influencia en el vestuario, ni refuerza la decisión tomada, ni ayuda a sacarlo de la plantilla.

Y no seamos absurdos y tratemos de ver las cosas y no como queremos que sean. "Que acepte irse a China y le haga un favor al Valencia". Y que nos toque a todos el Euromillón, ya puestos a pedir. No, la vida y el fútbol no van así, porque esto es un trabajo para los que están dentro, por mucha pasión que sea para los que estamos fuera, y con las cosas de comer no se juega. El jugador pensará en él, igual que hará el club para sí mismo, y el entorno también deber práctico, más que visceral, por muchos motivos que haya para serlo. Los defensores de Negredo, que hay muchos, y los detractores, que que hay más, si se enzarzan en una batalla absurda, tensarán la cuerda, y se lo pondrán más complicado a Jorge Mendes, que es al final el que puede arreglar el problema. Ah, y esto no es hablar mal de Suso, porque tengamos claro que la solución de este problema va mucho más allá del tema deportivo, que la otra batalla estúpida, los pro García Pitarch contra los pro Mendes, es otra que tampoco hay por donde cogerla.