Vamos a sufrir, no vamos a bajar, y algo muy importante va a cambiar en el Valencia

Valencia es una ciudad muy pequeña, como diría Pedro Cortés, y aparte de conocernos todos, nos encontramos con facilidad, y eso hace que puedas coincidir con personas muy importantes del club en un restaurante, cerca de Mestalla, y tomar un café largo, y hablar de fútbol, compartir confidencias y la visión de un club que no tiene nada que ver con el que era hace unos años, que se gestiona distinto, que es completamente diferente. “Ahora lo ves desde el punto de viste del dirigente, te leo y veo que nos entiendes. Tenemos que explicarlo, tenemos que transmitirlo, tenemos que cambiar algo importante en el Valencia, y lo vamos a cambiar, y lo vamos a anunciar en breve.”

Un periodista viejo como yo ha aprendido a escuchar más que a hablar, algo que no he hecho muchas veces en mi vida. Y si, entiendo este Valencia de dueño que no está en el día a día del club, y sobre todo entiendo a los gestores que lo llevan, y a los empleados de confianza y de toda la vida que les facilitan esa labor. Llevar un club de fútbol es una de las cosas más complicadas que puedan existir, y no se entiende así por algo sencillo: somos muy pocos los que hemos tenido esa suerte. Confieso que me enfado con los análisis que veo, con los razonamientos. Los de algunos ex jugadores me parecen especialmente sangrantes, porque muchos, y eso es algo que discutía con mi querido Fernando Barrachina, hablan desde el resentimiento por no estar dentro. Tomar decisiones, y encima correctas, en el fútbol, es muy complicado. Sólo hay que probar un día a hacerlo.

“Vamos a sufrir, no vamos a bajar, y vamos a cambiar algo muy importante en el Valencia”. El entusiasmo con el que esta persona me dice esto, con la confianza que lo hace, me hace creerlo de forma ciega. Sobre todo la última parte. Está claro que se va a pasar para no bajar por todo, pero confío plenamente en que no va a suceder, y sobre todo, que se tiene ya un plan, un buen plan, para que este club, que puede estar ante la mejor época de su historia si el balón quiere entrar, pueda hacer disfrutar a su afición. “Si le damos cosas buenas, como contra el Athletic, la gente se va orgullosa a casa aunque se pierda”. El razonamiento es aplastante. Hay quien piensa que la propiedad es ajena a lo que pasa en club, y quizá no acierten en muchas cosas, pero de ahí a no estar pendientes, va un mundo.