El Gary vete ya de Mestalla habla por sí solo

Mestalla cantó Gary vete ya, algo que no había sucedido hasta la fecha, y la última vez que el estadio entonó el “himno” de cuando las cosas van mal, Nuno salió por la ventana casi de forma inmediata. Ahora sólo Peter Lim sabe lo que puede suceder, porque será él, y nada más que él, quien tome la decisión de que el inglés siga o se acabe su estancia en el Valencia. No seré yo quien ose decir qué decisiones hay que tomar, que para eso ya hay un ejército de sabios que no las han tenido que tomar en su vida y parece que no hayan hecho otra cosa, pero tirando un tanto de sentido común, y aprovechando que hay un parón que viene mejor de lo que parece, lo que parece claro es que a la vuelta, o Gary Neville está renovado o está en la calle, porque términos medios en estas circunstancias, no se pueden tomar.

Cuando el campo canta de esta manera, y desde luego podía haberlo hecho bastante antes, algo drástico se debe hacer, y repito que no seré yo quien diga qué, pero desde luego, la inacción ahora puede ser peor que tomar una mala decisión. El estadio estaba casi vacío al término del partido, y eso es otro síntima de que hay hartazgo, pesadez del año, y casi ni ganas de protestar por algo que no parece tener solución. Neville no es tan malo, pero no es el adecuado, y la plantilla está blanda, está que cuando le pasa algo negativo en un partido, se deshace como la mantequilla.

La destitución del entrenador, o su dimisión, son un escenario posible, sin duda. Nadie diría que no a un cese, pero el problema vendría en quién toma las riendas. Se habla siempre de Voro, pero esa opción debe mirarse bien: "salvó" al equipo en 2008, cuando varios futuros campeones de Europa y del Mundo decidieron ganar los partidos que tocaba. Negredo no es Villa, Rodrigo no es Mata y André Gomes no es Silva. Y Baraja y Marchena no los veo no con parecidos lejanos. No se trata de hacer quinielas, pero si en el club hay un tipo preparado para afrontar el reto, valiente y capaz, ese es Curro Torres. Sólo necesita que se confíe en él.