José Luis Gayà, o los grandes jugadores que tiene el Valencia y necesitan calma

Tiene 20 años, poco más de 50 partidos en Primera División, y se quiere que tenga la calidad que posee y las tablas de un veterano: CALMA

Toni Hernández | 12 MAR. 2016 | 19:27

José Luis Gayà, nacido en Pedreguer, el 25 de mayo de 1995, era una ilusión, una idea y un plan de la casa para la banda izquierda del Valencia de Juan Sánchez junto a Salva Ruiz, actualmente cedido en el Granada, desde que ambos empezaron a jugar juntos en el Mestalla en la campaña 2011/2012, primero alternándose en el lateral izquierdo, y luego jugando uno por delante del otro. Recuerdo el primer partido que les vi juntos, en abril de 2013. Iban los dos como balas, eran el futuro del primer equipo, tenían 18 años, Gayà sin cumplir, y se veía claro lo que venía en el futuro.

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Después de su debut en el primer equipo, el año pasado fue el de su explosión definitiva, siento titular indiscutible del equipo en el lateral izquierdo, jugando 37 partidos entre Liga y Copa y hasta haciendo dos goles. Ese rendimiento hacía que el Valencia le renovara casi al final de la pasado campaña, en mayo, hasta 2020, cortando el interés, entre otros, del Real Madrid. No había cumplido 20 años, cinco temporadas más por delante, y con la temporada más difícil por delante, la siguiente al estreno, la del acoplamiento, la de las dudas, la de irregularidad porque ya no es la sorpresa, sino una realidad que debe rendir al máximo cada partido.

Cualquiera que entienda cómo es la evolución natural de un chaval de esta edad, con esta proyección, y en esa fase de formación, sabe que este año es duro, y clave al mismo tiempo. Percibo mucha ansiedad en torno a Gayà, y eso se refleja en su juego, porque está tenso, está espeso, le falta esa frescura, esa chispa. Parece que le pese el mundo, y sólo debe dedicarse a jugar al fútbol como él sabe, como lleva haciendo años. Y que el entorno se calmara y no le pidiera que fuera Carboni con 20 años, sería también un buen punto de apoyo, no cabe duda.

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Gary Neville, que también pasó por esa fase cuando era jugador, porque fue canterano, subió al primer equipo, y tuvo que adaptarse después de su debut, y le costó 3 años ser el titular indiscutible en el United, lo ha visto, y se está involucrando en esa formación, demostrando lo que destacó hace poco García Pitarch: ser un hombre de club. Le hace jugar, le da confianza y calma, porque es lo que necesita, y todos los demás, simplemente, lo que debemos tener es fe en él, dejarle respirar, y que sea el mejor lateral izquierdo de este país, igual de rápido que Jordi Alba, pero con mucho más talento, más completo que Juan Bernat. Y con un valor que si comparte con el lateral del Bayern Munich: ser valenciano y valencianista, lo que hace que quiera triunfar más todavía en este club.