El cambio de Mathew Ryan por Jaume Doménech en la portería del Valencia

Después de 7 partidos, victoria en Granada, la vuelta de la Copa, y contra la UD Las Palmas, 3 de 12 en Liga y el Nou Camp

Toni Hernández | 05 FEB. 2016 | 00:01

Una de las pocas buenas noticias que estaba dando este Valencia 15/16 era ver la irrupción de Jaume Domenech en la portería del Valencia, siendo el mejor cancerbero de la primera vuelta para la Liga, y sin duda, el mejor jugador del equipo en la primera mitad de la temporada, con paradas que han dado más puntos que los goles de los delanteros, pero un buen día, Gary Neville decidió cambiarlo por Ryan, que no lo ha hecho mal, pero que ha diluido el efecto de un chaval que además de parar, daba vida dentro del campo.

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Ese portero que cuando hace una parada y la celebra como un gol, contagia a todo el mundo. Hace que todo a su alrededor tenga vida, fuerza. El espítitu que tiene Jaume, su energía, suple otras carencias que sus 25 años pueden generarle. Él vive este club, siente el Valencia, y por favor, estaba siendo el mejor jugador del equipo. Sé que no soy objetivo, pero el premio al mejor portero de la primera vuelta no se lo he dado yo. Ni la titularidad del Valencia, ni tampoco se la he quitado. Será casualidad, pero desde la salida de Jau, el equipo está más triste aún, más apagado, con perdón, más asqueroso. Y es que tener a un tío que a gritos te despierta y te levanta el ánimo vale mucho.

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En el vestuario nadie entendió el cambio, nadie. Creo por lo que sé que ni Ryan. Y no sé qué pensará Diego Alves, pero tampoco debe tenerlo claro. Repito que Ryan no ha estado mal, pero el juego es mucho más que parar balones cuando eres portero, mucho más. Es difícil, pero hay porteros que son líderes desde atrás, empujan desde su posición, y ese es el caso de Jaume. Y cuando un grupo está en ese estado de ansiedad, de nervios, de acojono, si de eso también, los “echaos palante” valen por 3. Y está en el banquillo.

Como le escuché a un tipo que admito en secreto (ya no) como Paco Polit, espero que a Gary Neville no se le ocurra ponerlo en la vuelta de la Copa, porque sería una falta de respeto de tirarle los guantes a la cara, aunque conociendo a Jaume, pondría su mejor cara, daría dos palmadas de ánimo para sí mismo, y diría algo así como “al lío”. Pero espero que no se le gaste esa gran putada, porque no tiene otro nombre. Gary, ponlo el domingo en Sevilla, hay que ganar, con los mejores, y con el estado de ánimo más fuerte y el corazón más grande.