Gary Neville, el entrenador del Valencia que eligió Peter Lim

Después de un aterrizaje sorprendente, de un comienzo alentador en cuanto al discurso, el entrenador inglés es mirado de una forma mucho menos amable

Toni Hernández | 27 ENE. 2016 | 13:16

La figura de un entrenador de fútbol de élite siempre es vista desde el punto de vista de los resultados, incluso si eres un tipo contrastado como Jose Mourinho o Carlo Ancelotti, con lo que si eres un comentarista de la televisión inglesa, por muy mito del Manchester United que haya sido Gary Neville, esos ojos inquisitorios y resultadistas se clavan en ti con más fuerza todavía. Es inherente al fútbol, forma parte del ADN de este deporte.

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Quizá me haga pesado con mi experiencia fuera del periodismo estos últimos años, basada en el día a día de un club de fútbol, pero es que la visión es totalmente distinta. He visto a entrenadores que ganaban y que sus jugadores odiaban a muerte, y el caso contrario, no ganar y la sintonía ser perfecta. Se suele asociar el técnico látigo al ganador y el blando al perdedor, pero si pensamos en Vicente del Bosque, por ejemplo, este mito se cae al suelo.

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Uno intenta escuchar más que oír lo que los jugadores del Valencia cuentan cuando hablan, fuera de los tópicos, las preguntas de relleno o las de cubrir el expediente. Uno que lleva muchos años escuchando a futbolistas, casi es capaz de distinguir qué quieren decir aunque siempre digan básicamente lo mismo, quizá porque siempre les preguntamos lo mismo. No escucho a la gente negativa con Neville, no percibo un mensaje negativo hacia él. ¿Qué habrá quien por dentro diga burradas? Eso es tan natural como que el sol salga por las mañanas. Ganando y perdiendo, pero al jugador no le noto molesto, incómodo. Con Nuno si, y no había que llegar a la guerra con Negredo.

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El discurso de Gary Neville no es que haya perdido fuerza, es que si no se ganan partidos, pierde sentido. Y eso es otra máxima del fútbol. Esta semana es la más importante del año, al menos hasta ahora, porque de Gran Canaria se tiene que violver con el billete a semifinales, y el domingo se le tiene que ganar al Sporting por lo civil o lo criminal que diría Luís Aragonés. Hace falta la alegría de la Copa y la calma de la Liga. Es la semana clave en el futuro del club, es la semana clave en el futuro de Gary Neville como entrenador, no sólo del Valencia, sino también en su carrera.Después de un aterrizaje sorprendente, de un comienzo alentador en cuanto al discurso, el entrenador inglés es mirado de una forma mucho menos amable

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Fue el hombre que eligió Peter Lim, si, asesorado por Jorge Mendes, también. Los mismos, curiosamente, que estaban tomando esas decisiones el año pasado en el Valencia cuando se terminó cuarto en la Liga y Mestalla se llenaba cada partido de gente y de ambiente. Son los resultados los que marcan el destino de los clubes y sus decisiones, y Neville no va a ser una excepción, pero veo una confianza en él, que si luego sale mal me tirarán este artículo a la cara, que me hace pensar que algo bueno va a pasar. Intuiciones, que no siempre son ciertas.