Un director deportivo en un club de fútbol o decidir quién manda: que sea Jorge Mendes

Toda la vida los hemos llamado secretarios técnicos, y el Valencia ha tenido figuras insignes en ese puesto, desde los tiempos de Eduardo Cubells, que pudo traer a Pelé, hasta Javier Subirats, que armó con Benítez el mejor equipo de todos los tiempos. Aunque todo parte de una base, y es qué modelo se cree, de forma contundente, para que luego una mala racha de resultados no haga que todo el mundo tenga crisis de fe.

Para tener un director deportivo fuerte, y no hablo del modelo inglés, del que luego comentamos, tiene que haber una política deportiva de club fuerte, a prueba de muchas derrotas y errores, porque si no, estamos muertos. Un DD que mande es el que elige al entrenador, lo cesa, y en un momento dado, hasta lo puede sustituir de forma interina. El problema no es quien encarne la figura, aunque a alguno le puede parecer lo básico, sino que realmente tenga ese poder deportivo.

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En el Valencia no sería la primera vez que funcionara, incluso bien. Hace ya unos cuantos años, Suso Martínez era el jefe deportivo, el que elegía entrenadores y hasta el sistema de juego, y en base a él, los jugadores. Llegó y se marchó de la mano de Paco Roig, pero gran parte de los futbolistas que fichó, y hasta el técnico, Claudio Ranieri, ganaban la Copa del Rey de 1999, 7 meses después de que su marcha.

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Un DD no puede tener la soga del dueño/presidente encima en el tono inquisitivo. Obviamente hay que reportarle, porque quien paga manda, pero si ese propietario, llamémosle Peter Lim para ser más riguroso, le da plenos poderes, y esos poderes no dependen de una mala racha, el trabajo, si hay criterio, y no nos volvamos locos, si hay dinero, puede ser hasta efectivo y bueno.

Un Director Deportivo y un entrenador fuertes, son dos gallos en el mismo corral, y eso no es bueno, nada bueno. No suele acabar bien, aunque pueda tener buenos principios y hasta conseguir éxitos en el corto plazo. Cuando se juntan dos ejecutivos que quieren mandar, y que además, cuando lo hacen eso supone que el otro trague con ruedas de molina, es una bomba con la cuenta atrás en marcha.

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Sinceramente, que Nuno mandara no lo hubiera visto mal siendo el mando real, y desde luego, con criterio. A quien sea, se le debe dar ese bastón, ese poder, porque sin él, mal, aunque con él siempre haya riesgos. Pero esto es fútbol, no una empresa de fabricar tornillos. Ah, por cierto, si alguien me pide opinión, que estoy seguro que no, en este Valencia, el mejor director deportivo sería Jorge Mendes, de largo, y por todo lo expuesto.