La intensidad, con el esquema adecuado, es la clave de este Valencia

El equipo che vence al Espanyol y suma ya cuatro victorias fuera de casa, la gran asignatura pendiente de Nuno Espirito Santo

Nacho Ballester | 09 FEB. 2015 | 09:38

El Valencia CF volvió a cosechar ante el Espanyol una nueva victoria fuera de casa tras el 0-1 que logró ante el Eibar en el último partido de 2014 y recuperó la plaza de Liga de Campeones. Los ches empataron posteriormente en Vigo ante el Celta y perdieron por la mínima ante el Málaga en La Rosaleda. La principal diferencia que apreciamos entre estos partidos es que los se que ganaron se jugó con un 3-5-2 y con un 4-3-3 y con una intensidad defensiva espectacular, mientras que los que se perdieron se jugó con un 4-4-2 cargado de mediocentros y con una dudosa intensidad. Esta, la intensidad, es lo que marca la diferencia en un Valencia que está creciendo poco a poco al tratarse de una plantilla totalmente renovada.

Nuno Espirito Santo parecía el único que no veía que el esquema de 'Todocampistas' no funciona, o al menos, esa sensación daba al mantenerlo tanto tiempo. Está claro que perdió a Piatti por lesión y a Feghouli por la Copa de África, pero en esas posiciones también pueden jugar hombres como Gayà o Rodrigo Moreno, por poner dos ejemplos de jugadores que ya lo han hecho en esas posiciones durante el presente curso. Un equipo que pelea por el objetivo de meterse en Champions no puede depender de dos futbolistas para que funcione su esquema. No se puede o no debería ser así.

El equipo blanquinegro mostró en el Power8 Stadium su versión más guerrera, más solidaria, algo que hacía tiempo no veíamos lejos de Mestalla. Todos defendían y todos atacaban con un orden lógico, y no a lo loco como en Málaga o Vigo. La intensidad se apreciaba en cada jugada, en cada gesto de los ches para tratar de recuperar la pelota o de llevarla arriba. Buena prueba de ello es la tangana que se formó en la parte final del encuentro entre Lucas Orban y Sergio García. Mustafi también tuvo lo suyo con el ariete catalán y Gayà ganó su batalla particular ante un Lucas Vázquez que no apareció en casi todo el partido. Esa intensidad es la que da puntos al Valencia.

Volviendo al plano táctico decir que el esquema 4-3-3 volvió a dejar claro que fomenta el orden y las tareas de cada futbolistas ya que los mediocentros no se estorban los unos a los otros. Javi Fuego hacía de stopper, Enzo Pérez daba equilibrio y Parejo se encargaba de llevar la manija en tres cuartos de campo para ayudar a generar ocasiones de peligro. Piatti y Rodrigo ocupaban las bandas para hacer daño por fuera y también por dentro. Arriba, Alcácer y Negredo esperaban su oportunidad para hacer gol.

Para no ser ventajista y para ser más ambicioso, se puede decir que al equipo ayer le faltó algo de claridad en ataque para definir mejor las jugadas, algo que se puede mejor con trabajo. Deben llegar más balones a los delanteros para hacer verdadero daño al rival, y más fuera de Mestalla. Lo que queda más que claro es que el Valencia puede ganar con intensidad y sin un juego bonito, pero no sabe ganar con juego bonito y sin intensidad, así que, ya saben, la intensidad es la clave.

Este es el Valencia que pedía la afición.