Levante UD-Deportivo de La Coruña (0-0): Un empate que no aleja las dudas sobre los 'granotas'

El Levante de Lucas Alcaraz sigue adoleciendo de pegada, como se demostró en el flojo partido que protagonizaron los 'granotas' frente al Deportivo de La Coruña.

Redactor Jefe | 10 ENE. 2015 | 14:00

Reparto de puntos entre Levante UD y Deportivo de La Coruña después de un flojo partido por parte de ambas escuadras en el estadio Ciutat de València. Un empate 0-0 tras unos interminables y aburridos 90 minutos que no sacan de la parte de abajo a ninguno de los dos conjuntos, que demostraron el porqué de su lugar en la clasificación de la Liga española. Si el Córdoba gana este fin de semana, el Levante de Alcaraz volverá a puestos de descenso.

El frío invierno amenaza con paralizar el corazón de los estamentos afines al levantinismo ávidos de triunfos reparadores y revitalizantes en la cruzada inmersa por conseguir escapar de la zona más pantanosa de la clasificación general en la máxima categoría. Es posible que el miedo formara parte de la propia esencia del duelo entre el Levante y el Deportivo de La Coruña. Y que lo contextualizara inclusive con anterioridad al momento en el que el balón echó a rodar por la moqueta verde del Ciutat de València.

Esa sensación de temor impregnaba el ambiente y el escenario de los hechos. Podía palparse y evidenciarse. Inclusive tomar forma. Y parece incuestionable que esa huella, que marcaba la cita, fue en continuo crecimiento al paso de los minutos de un duelo capital que cruzó a dos entidades ancladas en los confines más recónditos de la tabla desde los albores de la temporada. El desenlace fue un empate sin goles en un choque de corsés ajustados que únicamente perdió la opacidad que le caracterizó en los minutos finales cuando los dos equipos parecieron liberarse para buscar una victoria que nunca llegó.

Los espectadores de feudo de Orriols no se habían acomodado todavía en su asiento cuando Ivanschitz botó un saque de esquina que cabeceó Barral apareciendo por el segundo palo sin ningún tipo de vigilancia por parte de los defensores gallegos. El remate pasó silbando el palo de la meta de Fabricio. Hay determinadas jugadas con capacidad para documentar el tipo de confrontación que se presagia, pero en este caso no fueron reveladoras. Las opciones de gol, desde una perspectiva azulgrana, se iban a difuminar.

Apenas unos minutos más tarde, el Deportivo engarzó un ágil contragolpe que no supo resolver José Rodríguez. El paisaje era el deseado; cuatro atacantes en veloz carrera ante un solitario defensor y Mariño. El cuero chocó, de manera milagrosa, en la espalda de Vyntra.

Quizás las dos acciones se convertían en un arquetipo de los evidentes problemas evidenciados por ambas escuadras para generar y materializar las ocasiones gestadas. Con el final del primer capítulo de la competición asomando ya por el horizonte, los encuentros de la Liga BBVA comienzan a adquirir una nueva dimensión. Suelen ser más densos y plomizos; de factura concentrada. Hay escasas licencias para el desarrollo de la imaginación. Predomina la tensión sobre otros aspectos relacionados con la estética.

El Deportivo pareció siempre más dispuesto a dirigir el tráfico de la cita. La iniciativa fue suya. Suele ser habitual en el formato del Levante replegarse dando dos pasos hacia atrás. El equipo granota parece dejarse someter perdiendo de vista la pelota. Suele ser una pose para generar dudas al contrario partiendo de una retaguardia afilada y de una línea de medios con capacidad de intimidación.

Sin embargo, al Levante le faltó sentido de la verticalidad, velocidad y precisión para cumplir con la segunda parte del trato que supone apelar a esos argumentos. Barral fue un eremita rodeado de contrarios. Casadesús no lograba ejercer de amalgama desde la mediapunta y por los costados Ivanschitz y Morales no llegaban a percutir. Por instantes, el Levante fue demasiado previsible en sus movimientos una vez superaba la frontera de la medular.

El Deportivo se desató en el arranque del capítulo final. Mariño respondió con determinación ante Toché y Sidnei. El grupo de Víctor llegaba con claridad al área 'granota'. Casadesús cabeceó alto un centro desde la banda derecha del ataque local. De nuevo el partido quedó anestesiado hasta los minutos finales cuando se abrió, aunque ninguno de los contendientes fue capaz de imponer su jerarquía.