Rodrigo Moreno o la incomodidad del ariete desubicado

Nuno destacó la "ansiedad" del equipo ante el Levante, cuyo máximo exponente fue el hispano-brasileño. Quiere superar su bloqueo ante el Barça.

Paco Polit | 25 NOV. 2014 | 08:59

No corren buenos tiempos para Rodrigo Moreno. El delantero hispano-brasileño terminó pensativo el choque del pasado domingo ante el Levante, y de nuevo mostró un rostro serio en la sesión de trabajo del lunes. El cuerpo técnico mima al futbolista, pero también le pide más en cuanto a rendimiento.

Nuno le da cancha al mismo nivel que a Alcácer

Rodrigo se ganó en pretemporada su titularidad. Lo demostró con grandes actuaciones individuales que ayudaron al colectivo, como aquel Trofeo Naranja ante el AC Milan en el que acabó siendo escogido MVP. El jugador no podía ser más feliz en su adaptación a un club que había apostado fuerte por su figura.

Desde el principio de la temporada, Rodrigo se ganó la vitola de 'intocable', también sobre el césped y a la hora de realizar sustituciones. El atacante ha sido titular en diez de los doce partidos de Liga esta temporada. De esos, ha completado los noventa minutos en cinco ocasiones. En otras tres (ante Elche, Villarreal y Levante), ha sido sustituido a falta de diez minutos o menos del final del partido. Sólo ante Espanyol (min. 67), en el arranque de temporada y con el partidos ya resuelto, Rodrigo fue reemplazado antes. Su balance en 839 minutos disputados: un gol de penalti ante el Getafe (y una expulsión por doble amarilla), dos asistencias.

La comparativa con Alcácer establece cierto equilibrio y ecuanimidad por parte del técnico, ya que Alcácer también ha disputado una cifra similar de partidos (once) como titular, y ha completado cinco de ellos sobre el césped. Sus números en 899 minutos, eso sí, son bastante mejores: cuatro goles y cuatro asistencias. El gran daminificado suele ser Pablo Piatti, a menudo primer cambio 'fijo' de Nuno en las segundas mitades: el argentino, que tampoco tuvo su tarde ante el Levante, ha sido once veces titular pero sólo ha completado los noventa minutos en una ocasión (ante el Villarreal). Aún así, Piatti también marca diferencias: dos goles y cuatro asistencias (casi todas a balón parado) en 757 minutos disputados.

Posición en el campo

El ligero desencanto del atacante viene de atrás. Prácticamente desde que arrancó la temporada. El jugador siempre se ha comportado con extrema profesionalidad y jamás ha desobedecido ni desobedecerá a Nuno. En rueda de prensa siempre se mostró agradecido de tener continuidad, aunque la demarcación ocupada no fuese santo de su devoción.

La incomodidad de Rodrigo jugando en el costado derecho se ha hecho más patente con el paso de las jornadas. En los compases iniciales del campeonato, cuando el Valencia era una escuadra imbatible, las posibles dudas del jugador quedaron sepultadas por el buen juego y los resultados. Sin embargo, el atacante seguía sientiéndose encorsetado en su demarcación, lejos del área y lejos de la zona de tres cuartos en la que hizo fortuna en el Benfica.

Cambio de sistema perjudicial

En cuanto se conoció la lesión de Parejo y el cambio de sistema al 1-4-4-2, Rodrigo acogió la decisión con ilusión. Al fin iba a jugar en la punta del ataque, en el lugar en el que más cómodo se siente. Por desgracia, su actuación individual ante el Villarreal no estuvo a la altura, y el jugador fue más que consciente de ello. El bajo nivel se reprodujo ante el Athletic Club. Y, de nuevo, el pasado fin de semana ante el Levante, esta vez con Negredo como acompañante en ataque.

Nuno, que ha 'apretado' de puertas para adentro al hispano-brasileño (es una práctica habitual del luso con los jugadores a los que considera importantes), quiere quitarle a Rodrigo la ansiedad de demostrar su valía. Sabe que, en su actual estado, hay jugadores más preparados para rendir sobre el césped. De Paul, sin ir más lejos, o Feghouli han hecho méritos para tener minutos.

Si nada cambia esta semana, Rodrigo gozará de una nueva oportunidad de regresar a su mejor versión como titular ante el Barça. El otro remedio posible es el del banquillo para frenar al jugador, ayudarle a limpiar su cabeza y que resurja su mejor versión lo antes posible. El equipo la necesita.

DEBATE: ¿Qué harías con Rodrigo? ¿Está gestionando bien su caso Nuno?