Valencia Basket se queda sin la soñada final

El resultado demuestra lo que fue el partido, una lucha de Titanes entre dos gigantes de la liga y del viejo continente (75-77); ha nacido una nueva dinastia.

Daniel Pardo | 15 JUN. 2014 | 21:07

La derrota de hoy es más positiva de lo que muchos pueden reconocer. Se ha creado un equipo y una forma de ver el baloncesto; se perdió pero se ha logrado involucrar a una ciudad con un equipo de baloncesto. Para una cantidad ingente de personas el baloncesto hasta ahora era un deporte de menor calado que otros (como el futbol), pero tras el día de hoy, el Valencia Basket ha dado un motivo real para que la gente se enganche; y es que es uno de los grandes equipos del continente.

El primer cuarto fue un placer para los sentidos; tanto Valencia Basket como Barcelona salieron muy enchufados al parqué de la Fonteta con más ganas de guerra de las esperadas. El aficionado al Basket pudo disfrutar con un juego impetuoso y aguerrido (en el bando de los taronja), mientras que por otro lado lo que ofrecía el Barcelona era cabeza y gestión del balón, hasta el punto de que perdían posesiones tras agotarse los 24 segundos por querer “mimar” demasiado la pelota.

Enseguida se enganchó al encuentro Justin Doellman; el americano tiene un don para estos partidos donde la casta vale más que cualquier otra cosa, y para ello hay que nacer con esa estrella que muchos intentan entrenar y no pueden conseguir. El juego se basó en constantes canastas a ambos lados de la cancha; cuando Doellman o Van Rossom anotaban, hacíoa lo propio Marcelinho Huertas, y viceversa.

Con 20-18 a favor de los locales se llegó al segundo asalto del combate por la Liga. Aquí Valencia Basket fue más inteligente en momentos puntuales, como por ejemplo la antideportiva de Tomic a Sato (4 tiros libres para el africano), o el alley-hoop del Capitán América. Son situaciones que trascienden de lo meramente estadístico (anotación, rachas de tiros,...) para otorgar más mordiente a los jugadores en pista. Pecó el equipo de la ciudad condal de querer ser como su enemigo, y el Barcelona ni por asomo tiene las armas del equipo valenciano, y patinaron. Nachbar, Dorsey y Papanikolau estuvieron más fuera que dentro por las faltas (3 cada uno), momento que aprovechó Lishchuk para hacerse grande en la pintura y firmar un 43-34 al descanso.

Situémonos en lo que se estaba aconteciendo. Reanudación, tercer cuarto y 9 puntos arriba para los hombres de Perasovic, justo lo que muchos querían, incluso Xavi Pascual porque el entrenador visitante enseguida confió en Ante Tomic la responsabilidad ofensiva. La diferencia se recortó hasta los 4 puntos (51-47); Valencia Basket daba muestras de duda en posesiones bajo del aro (justo cuando Trigueros era el Pívot titular), aún así el jugador natural de Gandía estuvo sublime en la marca a Tomic, por lo que el problema no era el acierto en tiros de 2/3 metros, sino más bien la mala circulación de balón por el perímetro. A todo esto el Barcelona vivía de Tomic y de los pick and roll que tiraba el Pívot, a lo sumo Marcelinho oxigenaba el juego con algún triple.

Cabe destacar el gran arbitraje por parte de Hierrezuelo, Pérez Pizarro y Conde; los tres barrieron más hacia el lado visitante, que curiosamente en este caso era el Barcelona. Inadmisible y ya casi comienza a rallar lo ridículo que en cada partido en la Fonteta entre Valencia Basket y uno de los dos grandes de la Liga (Madrid o Barcelona) la afición tenga la clara sensación de que les están más que perjudicando (y lo expresaron al canto incesante de “ACB, manipulaçió, ACB manipulaçió,..”). Se llegó a una situación peligrosa con el equipo catalán por delante (57-59) y con Doellman cargado de faltas (4 faltas y un cuarto por delante), una vez más había que apelar a la heroica.

Cuarto cuarto (valga la redundancia) y por detrás Valencia Basket (57-61). De nuevo situémonos; 4 faltas en el casillero de Doellman y Van Rossom, con Aguilar y Dubljevic lesionados y diez minutos de éxtasis puro. Con varias canastas de Sato se igualó el partido a 61, y de paso levantó los ánimos de una afición decaída que veía como el Barcelona se sentía cómodo sobre el parqué; aún así la nota negativa la puso Lafayette con dos tiros lejanos sin sentido lo que propició otra vez la ventaja visitante (61-65). Una vez Perasovic fue valiente y se la jugó poniendo a Doellman ya Valencia Basket tuvo más mordiente en ataque (67-71 a 3 minutos del final). La defensa estaba siendo algo blanda pero dos triples seguidos nos ponían a dos puntos (73-75). Empató Sato con una suspensión a seis segundos para locura de la grada, pero una canasta de Marcelinho tras salir del enésimo pick and roll certificaba el pase del Barcelona a la final por 75-77. La Fonteta, lejos de resignarse se puso en pie y coreó a los héroes que esta temporada han puesto el nombre de Valencia en primera plana europea. Fin del cuento para Valencia Basket; continuará.