El Levante no pasa del empate en Vallecas (0-0)

Los de Caparrós siguen sin tener pegada arriba

Redactor Jefe | 10 ENE. 2014 | 00:12

Por momentos la película del partido que se disputó durante el pasado mes de septiembre en el mismo escenario, el feudo de Vallecas, y entre los mismos contendientes, Rayo y Levante, cuando la competición liguera atravesaba por su estadio inicial, pareció repetirse quizás para desesperación de los estamentos más afines al Rayo Vallecano.

Sèrgio Pinto estuvo muy cerca de emular a Ivanschitz y proyectar la imagen del Levante hacia la ronda de los cuartos de Final de la Copa del Rey. La victoria azulgrana se escapó por escasos milímetros en el minuto definitivo de la cita vinculada al formato copero. El enfrentamiento, como sucedió aquella tarde de viernes de septiembre, se agitó en los minutos finales de la confrontación. Jonathan Viera erró desde el punto de penalti una de esas acciones con la que los atacantes sueñan en cada confrontación; balón tocado y sedoso desde el costado del área, es decir pase de la muerte, que simplemente hay que empalar. El disparo del futbolista rayista se marchó rozando el poste de la meta granota para consuelo de Javi Jiménez. Sin tiempo para las lamentaciones Ivanschitz cayó ante Galeano en una fulgurante salida a la contra. Sèrgio estrelló con violencia y furia el cuero entre el larguero y la escuadra de la portería de Rubén.

En cierto modo, la acción denunció las intenciones del combinado que prepara desde el banquillo Joaquín Caparrós. El equipo granota se pertrechó con solidez sobre las inmediaciones del arquero riojano, tras alzar un muro entre Héctor Rodas y El Adoua, para tratar de lanzarse hacia la geografía contraria del campo con velocidad. El contragolpe se convertía en el arma usado.

Quizás ese planteamiento se materializó con mayor claridad en la segunda fase del encuentro. En ese espacio del partido el Levante mostró más convicción, pero también más claridad de ideas y presencia real en ataque. El colectivo azulgrana salió a Vallecas dispuesto a competir. Era una de las premisas marcadas en la agenda del preparador levantinista. Y su discurso ante los medios en la rueda de prensa anterior al encuentro incidió en esa cuestión. No hay nada que objetar desde ese prisma al grupo que emergió desde el túnel del vestuario con muchas variaciones en el once inicial respecto a duelos precedentes.

Javi Jiménez retomó la condición de titular tras suplir con anterioridad la ausencia de Keylor por sanción. Héctor compartió el eje de la defensa junto a El Adoua con Vyntra y Jordi César por los costados. El canterano estrenó su condición de titular en Vallecas. Héctor asumió galones evidenciado que la lesión en el hombro forma parte del pasado. El capitán entretejió un partido severo. Unos metros por delante Sèrgio y Camarasa eran los encargados de dirigir la nave azulgrana y por delante Ángel capitalizaba el gol en colaboración con Nabil, Ivanschitz y El Zhar. Camarasa, uno de los valores emergentes de la cantera de Buñol, volvió exhibir sus credenciales en la Copa. Al igual que aconteció ante el Recreativo de Huelva destiló sabiduría y desparpajo en la línea de medios. Camarasa no se complica en exceso sobre el campo. Sabe lo que tiene que hacer en todo momento. No se arruga y tiene criterio cuando entra en contacto con el esférico.

Es el típico jugador que conoce sus virtudes y trata de potenciarlas con el fin de minimizar sus defectos. En Vallecas mostró un grado de veteranía que obviamente no contiene todavía por cuestiones más que obvias. Y hay acciones que resultan paradigmáticas. El mediocentro tiene fijada la portería en su hoja de ruta. Marcó ante el Recre en el Ciutat y probó fortuna desde el vértice del área, si bien en ese sentido, fue Sèrgio el jugador más clarividente. Sabedor del rugoso disparo que posee, el centrocampista portugués trata de sorprender desde la media distancia. Y el gol se le escurrió por centímetros. Es evidente que el Ciutat decidirá el destino de la eliminatoria de los octavos de Final. Es una suerte que se repite en las últimas temporadas. El coliseo ejerce de juez y parte. Y repetirá tendencia. La igualada valida las posibilidades granotas aunque el resultado genera un poso de incertidumbre. Las incógnitas se resolverán el próximo miércoles en Orriols.