Nico Olivera, el mítico fracaso de Valencia y Sevilla

El Valencia CF se jugará la temporada en el estadio Sánchez Pizjuán de Sevilla, un campo en el que jugó durante varias temporadas nuestro protagonista del día, Nico Olivera, el uruguayo cumple hoy 35 años.

Han pasado casi 16 años desde aquel mundial sub-20 de Malasia en el que Nico Olivera saltó a la palestra del escaparate futbolístico. El Valencia club de fútbol tuvo una gran dosis de protagonismo en aquella cita, ya que varios futbolistas del club como Farinós, Angulo o Albelda, viajaron con la selección española. También acudió Gerard López, flamante incorporación del equipo ese mismo verano después de que el de Granollers abandonara Can Barça gracias a un inesperado cambio de residencia. El visto bueno de Jorge Valdano fue clave en la operación.

Sin embargo pese al nivel de aquel equipo, España no podría alcanzar la final como haría dos años más tarde, y fueron Uruguay y Argentina quienes se disputaron el cetro mundial juvenil. En aquel conjunto "charrúa" se alineaba Nicolás Olivera, el jugador que sería designado a la finalización como el mejor jugador del torneo pese a la derrota en el partido decisivo de su selección. Un hecho curioso adornó aquella final, ya que entre los jugadores de la selección argentina se encontraba Pablo Aimar, pero el de Río Cuarto cedió su puesto en el once titular en favor de Juan Román Riquelme, otra de las grandes estrellas del campeonato.

Cuando el Valencia anunció ese mismo verano la contratación de Olivera, muchos aficionados pensaron que el jugador sería una pieza clave para el futuro de la entidad de Mestalla, pero lo cierto es que el uruguayo no tendría fácil entrar en el equipo. Copado el número de jugadores extra-comunitarios, el futbolista tendría que esperar a que Marcelinho Carioca y Romário recibieran la baja federativa para ser inscrito como jugador de la primera plantilla.

Nico Olivera debutó en la liga española un lunes del mes de enero de 1998, el día en el que el Valencia de Claudio Ranieri empató 0-0 con el Mallorca. Olivera entró al campo en sustitución de Adrian Ilie, en una noche difícil para el equipo y en la que la grada de Mestalla terminó coreando el nombre de Ariel Ortega, defenestrado en el banquillo por el técnico italiano. Una semana más tarde, un Valencia sumido en posiciones muy cercanas al descenso protagonizaba una de las victorias más legendarias de su historia. Tras ir perdiendo 3-0 ante el Barça terminaba llevándose la victoria remontando, precisamente con un tanto del "Burrito" Ortega cuando el encuentro ya tocaba a su fin.

Pero Nico Olivera no encontraría un lugar en el equipo de Ranieri, que justo a partir de ese momento comenzó a carburar aunque no encontrara el premio final de la clasificación para la Copa de la UEFA. Olivera no gozó de oportunidades, y las pocas veces que saltó al campo tuvo que luchar frente a una enorme presión, la generada por el hecho de que hubiera sido elegido balón de oro del último mundial juvenil. Esta circunstancia no le permitió evolucionar a un ritmo adecuado; de Olivera se esperaron muchas cosas al principio en un club que no pudo ofrecerle mucho más de lo que finalmente el uruguayo recibió.

España conocería al verdadero Nico Olivera en el Sevilla. Jugando en la ciudad hispalense se convirtió en un futbolista importante, aunque antes de marcar en primera división pasó por la categoría de plata, lugar donde había caído el Sevilla en la temporada de su llegada. El jugador se acopló al campeonato y se mostró como un delantero resolutivo que podía jugar en varias posiciones ofensivas. Coincidió con sus compatriotas Podestá, Marcelo Otero o Zalayeta, e incluso adquirió galones como para convertirse en el lanzador de penaltis preferido para varios de sus entrenadores.

Olivera jugó la Copa del Mundo de 2002 con la selección absoluta de Uruguay, y después de salir del Sevilla llegó a jugar en tres clubes españoles más (Valladolid, Córdoba y Albacete). Abandonó definitivamente la liga española en el año 2005, comenzando a partir de ese momento un largo periplo entre el fútbol mexicano y el de su país.

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Nico Olivera defiende actualmente los colores del Defensor Sporting, su primer club. Olivera fue noticia hace pocas semanas al sufrir una fractura de malar en un encuentro del torneo de clausura de Uruguay. Justo en la semana en la que el club que le dio su primera oportunidad se juega una plaza en la Liga de Campeones ante el Sevilla, el juvenil de oro cumple 35 años.