Gaizka Mendieta: 39 años de una leyenda

Hoy es el cumpleaños de uno de los protagonistas del comienzo de la época dorada del valencianismo

Jose Hernández | 27 MAR. 2013 | 07:07

Gaizka Mendieta cumple hoy 39 años, el que fuera capitán del Valencia en la parte final del siglo XX jugó nueve temporadas en el club, viviendo el triunfo en la Copa del Rey de 1999 y las finales de Champions que el equipo jugó a las órdenes de Héctor Cúper en dos campañas consecutivas. Hoy recordamos a Mendieta, el murciélago del escudo...

El 26 de Junio de 1999 el mundo futbolístico pudo por fin reconocer el talento de Gaizka Mendieta en una final histórica. El jugador había explotado definitivamente durante aquella temporada, una de las más largas de la historia del club. El Valencia comenzó a jugar un 18 de Julio de 1998 ante el Shinnik Jaroslavl en la tercera ronda de la Copa Intertoto, 343 días después en el Estadio de la Isla de la Cartuja Mendieta levantaba junto a Camarasa y el Piojo López el trofeo que acreditaba a los hombres entrenados por Claudio Ranieri como campeones de copa. Tomaban el testigo de Pepe Carrete, el asturiano que dos décadas antes había recorrido exactamente los mismos pasos de triunfo, los que separan el terreno de juego del palco de autoridades presidido por el Rey Juan Carlos.Gaizka Mendieta se colocó aquella noche con su gol al Atlético de Madrid al lado de las grandes figuras de la historia del club...

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Tímido y reservado, Gaizka sobrevivió a un presente complicado durante sus primeras temporadas en el club de Mestalla. Titular en la final del agua, también fue uno de los jugadores fijos de la selección Sub 21, con la que perdió su primera tanda de penaltis el 1 de Junio de 1996. Una Italia llena de jóvenes promesas como Cannavaro, Nesta o Franceso Totti dejaba a Gaizka sin la posibilidad de coronarse como campeón por primera vez como profesional. Mendieta no lanzó ningún penalti en aquella tanda en la que Iván de la Peña y Raúl González se convirtieron en mártires del destino de los jóvenes españoles, los dos fallaron su lanzamiento.

De lateral secundario a capitán internacional

La grada de Mestalla no perdona. Las oportunidades no son eternas para los jóvenes, y pegado a la banda derecha el futbolista bilbaíno tenía todas las papeletas para convertirse en carne de traspaso. Milagrosamente salvó su puesto en el club, y para ello fue vital la salida de Jorge Valdano. El argentino no contaba con el jugador, pero su despedida en Septiembre de 1997 cambió la vida de Mendieta.

Llegó Ranieri, y Gaizka Mendieta comenzó a jugar en el centro explotando cada vez más una calidad individual que no había conseguido extraer en años anteriores. Su gol en San Mamés le convirtió en indiscutible, y muy pronto comenzarían los Mendietazos. Junto a Farinós y Luis Milla formó un centro del campo que haría historia. El Valencia buscaba a Claudio López de forma casi obsesiva, ya que la velocidad del futbolista cordobés se convirtió en la mejor arma de un Valencia que tras caer en la Copa de la UEFA frente al Liverpool se encomendó a la Copa del Rey con la esperanza de hacer cumplir las palabras de su presidente el verano anterior; Pedro Cortés prometió un título en la presentación.

Y ese título cayó en una noche mágica en la Isla de la Cartuja. Pero para llegar a jugar muy cerca de donde siete años antes se había celebrado la exposición universal de Sevilla, los de Ranieri tuvieron que batir a Levante, Barcelona y Real Madrid. Ante ellos Mendieta demostró su fortaleza en la medular y su infalible olfato goleador, cada tanto superaba la dificultad en la ejecución del anterior. Su gol en el Camp Nou erigió a Gaizka como un cañonero, pero el segundo de la final ante el Atlético hizo que fuera comparado a Pele... el brasileño marcó un gol muy parecido en la Copa del Mundo de 1958.

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Tras ese día llegaron las ofertas, los rumores. Pero el Valencia estuvo más rápido que el Piojo López en el campo durante aquella temporada triunfal, y cerró la renovación del centrocampista en muy pocas horas. Su cláusula pasó de 2000 millones (asequible para los grandes) a los 10.000 que en unos años se convertirían en objeto de polémica.

Mendieta confirmó a partir de ese momento su trayectoria ascendente, y pasó lo que estaba predestinado a ocurrir. José Antonio Camacho le hizo jugar con la selección española. Ese día especial lo fue aún más para Mendieta, ya que debutó en el dia de su 25 cumpleaños, hace hoy 14 años... y por si fueran pocas emociones, lo hizo en Mestalla. España venció 9-0 a Austria ese día, mientras que su primer gol llegaría en el Madrigal en otro 9-0, en este caso ante la débil San Marino.

Mendieta se convirtió en un futbolista vital del Valencia, en el Murciélago del Escudo según su presidente, e incluso en portada de un conocido videojuego. El contrato que había firmado con el Valencia debería llevarle a una longeva carrera en el club, pero algo empezó a fallar. De pronto su juego comenzó a presentar lagunas, días espesos entre tanta gloria. El Valencia transitaba por su época de mayor esplendor europeo, pero Mendieta no vivió en 2000-01 la mejor de sus campañas. En ocasiones abusaba del disparo o soltaba la pelota demasiado tarde; su condición física tampoco era la mejor. Sin embargo su figura ya había adquirido la altura necesaria para contar casi siempre con lo que se suele llamar en el argot deportivo como “Buena prensa”.

Mendieta era fijo en la selección y una de las piezas más codiciadas por los grandes del fútbol europeo. Tras la final de Milán donde Gaizka cumplió marcando los dos penaltis que lanzó, su estrella dejaría de brillar en Mestalla. Una fatídica rueda de prensa junto a sus representantes cortó de raíz su matrimonio con la afición del Valencia. Mendieta deseaba marcharse... y además insinuó que quería hacerlo al Real Madrid. Pocos entendían una situación que se transformó en insostenible para el jugador. Mendieta finalmente firmó por la S.S Lazio, el millonario conjunto romano de Sergio Cragnoti. En ese momento la maldición pareció ceñirse sobre él.

En Italia comienza el declive de su carrera

Los comienzos en Italia marcarían su trayectoria posterior. Debutó en el Olímpico de Roma en un encuentro frente al Copenhague en la previa de la Champions, un partido en el que Gaizka brilló e incluso asistió al Piojo López en el tercer gol de su equipo. La conexión que tantos frutos había dado en Mestalla amenazaba con destrozar los cimientos del Calcio. El Lazio tenía a las dos ex-estrellas del Valencia, a Crespo, a Simeone, a Stankovic... un equipo preparado para triunfar que se estrelló. Eliminado de la Liga de Campeones en la primera fase, Mendieta se parecía más al Gaizka de los primeros años que al futbolista que había deslumbrado a nivel continental en las últimas temporadas.

Situado en el centro del campo el jugador vasco fracasó de forma estrepitosa, tanto que la Lazio se planteaba venderlo o cederlo ya a mitad de temporada. Sonó el Athletic de Bilbao, y para el conjunto lazial cualquier opción era buena con tal de no tener que pagar su millonaria ficha. El Barcelona terminó encontrándole acomodo cuando Gaizka ya había perdido gran parte de su crédito como estrella.

Afortunadamente para él, todavía quedaban técnicos que recordaban su contribución al fútbol español, uno de ellos Louis Van Gaal. El holandés lo rescató para el Barça consiguiendo su cesión tras el mundial de Corea y Japón. En aquella operación también tuvo mucho que decir el Valencia, que debía cobrar 12 millones de euros en caso de que Mendieta retornara a la liga española.

Se pactó que el club “ché” sólo cobrase tres millones, y en caso de que al año siguiente el futbolista fuera definitivamente traspasado se completara la cantidad. Pero el Barcelona 2002-03 fue un conjunto muy inestable al que Radomir Antic rescató del infierno. Los azulgrana sufrieron durante el año e incluso temieron quedarse fuera de las competiciones europeas. En la penúltima jornada del campeonato Mendieta volvió a Mestalla, y marcó. Fue de penalti, en un día en el que el Barça ganó 1-3... y Mendieta, por si había dudas, lo celebró. Su vuelta poco tuvo que ver con la vivida por David Villa años después por ejemplo. La frialdad reinó, y la absoluta falta de armonía entre el público valencianista y el jugador también quedaron de manifiesto.

Unos años brillantes en el Middlesbrough permitieron a Gaizka volver a disfrutar de su deporte. Alejado de la presión mediática del fútbol latino que le aminoró moralmente, en Inglaterra Mendieta vivió la tranquilidad que necesitaba. Se había despedido también de la selección española con la que jugó 40 partidos con una victoria en un amistoso frente a Bulgaria en Granada. Gaizka Mendieta ha encontrado tras su retirada una nueva ocupación que le ha permitido reinventarse, el ex-futbolista ha pasado a ser DJ Mendieta.

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Hoy cumple 39 años el que fue capitán del club de Mestalla durante varias temporadas, un jugador de leyenda que vistió por última vez la camiseta del Valencia en el Camp Nou, escenario vital en su carrera. Allí hizo que las portadas de los diarios de medio mundo abrieran con su nombre en 1999, allí jugó para el Barcelona años después, y en aquella triste jornada para el valencianismo donde Rivaldo le emuló con un golazo en el último minuto... Mendieta dejó de ser el murciélago del escudo para siempre.