La historia de Mario Alvarado, Eduardo Jarque y el Valencia

Viene de 3 años atrás

Toni Hernández | 26 NOV. 2012 | 18:01

Lo primero que quiero decir es que no conozco de nada, ni he hablado en mi vida, con Mario Alvarado Orozco, el hombre de Costa Rica, el empresario que tiene a la Valencia futbolera con un halo de incertidumbre que mezcla dos sensaciones, la del pasado reciente de Dalport y el difunto Víctor Vicente Bravo, con quien si hablé en su momento y al que, a petición de un consejero del Valencia, que lo sigue siendo, organicé una reunión en Boadilla del Monte con el club, y la de pensar “y si esta vez es cierto”.

Conozco la existencia del “costarricense” desde hace 3 años, cuando Eduardo Jarque, alguien a quien conozco desde hace 15 años, me habló de él. Edu lleva mucho tiempo trabajando en este tema, en el que yo he creído, y del que he dudado, pero del que me alejé hace tiempo. De él se pueden decir muchas cosas, pero trajo a la empresa Toyota al Valencia, tras una comida en la que había presentes varios empresarios y servidor. El primer contacto Valencia-Toyota fue en el desaparecido concesionario que la casa Japonesa tenía en Sedaví, Saconex, y del que Jarque era gerente. Estuvieron presentes Manolo Llorente y Jordi Bruixola por el Valencia, y el propio Jarque y Pascual Serrano, propietario de la constructora Cosesa SL y accionista de Soconex, por Toyota.

Aquello terminó en un patrocinio que duró varios años, y en el que el Valencia no trató a los japoneses como hubiera debido, todo ello para estrés permanente del entonces director comercial del Valencia, Víctor Oñate, hoy en día al frente de la empresa VOS Marketing. El hombre que propició aquello fue Eduardo Jarque. Y el que hacía las labores de calmar a Raoul Picello y Julia Calabuig, que iban a disgusto diario con el club.

Las cosas no le fueron bien después, como a muchos, como a mí mismo, y Eduardo trató de seguir ayudando al Valencia. Estoy al corriente de este tema desde hace 3 años, y ha tenido mil altibajos, y varias idas y venidas. Algunos periodistas de esta ciudad pudieron entrevistar ya a Eduardo hace casi dos años por este mismo asunto. No es nuevo, no es ninguna sorpresa.

¿Existe el costarricense? Repito que ni lo he visto en mi vida ni he hablado con él. Existe Eduardo Jarque, y sobre todo el abogado que lleva este asunto, que ha cotejado y bastanteado mil firmas en Madrid, Valencia, Santander, Madeira (yo mismo pagué el viaje a Portugal en 2009). Se llama Rafa Císcar, y por encima de todo, es mi amigo, al que le debo muchas cosas, y con el que me es imposible ser objetivo, aunque su capacidad profesional está por encima de las palabras buenas o malas que yo pueda escribir.

No sé si el plan que dice haber presentado Alvarado irá hacia delante o no, o si la salvación del Valencia pasa por sus manos o deja de pasar. Con Dalport quemé hasta el último centímetro cuadrado de mi cuerpo, y entonces disponía de datos de primera mano, y hasta hice de Cicerone entre el Valencia y Víctor V. Bravo. No, no voy a entrar en ningún juego de posibilidades. Sólo cuento que la historia del costarricense no es nueva, su interés, o presunto interés, en el Valencia, tampoco. Que Eduardo Jarque, junto con 2 personas más, una de ellas un mito del valencianismo, llevan años con el tema, y que su abogado es una de las mejores personas que he conocido en mi vida.

A partir de ahí, que todo el mundo ponga cartas encima de la mesa, con documentos y billetes de curso legal, y que sea o no sea. Sólo un consejo a todos los compañeros de los medios de comunicación, consejo con todo el cariño del mundo, y a algunos ya se lo he dado en persona: este tema debe ser tratado con calma, con mucha. Los personajes son cercanos, reales, viven en Valencia. Tienen teléfono y toman café.

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