El Levante se reúne con Jorge Mendes para tantear a Diego Costa y Miguel Lopes

Entre plato y plato, Jorge Mendes. Tras la primera toma de contacto con Gestifute en Valencia hace unas semanas, el pasado martes el Levante comió en Madrid con el superagente portugués, al que la cúpula granota no conocía personalmente. Por parte levantinista acudieron a la cita Quico Catalán, Manolo Salvador y un Miguel Ángel Ruiz cada vez más en boga en la toma de decisiones deportivas. Junto a Mendes también participó en la reunión la agente Marian Khadour, cuya presencia resulta llamativa. Durante varios años Khadour, una de las socias de Mendes, apenas ha asomado por Orriols como consecuencia del polémico affaire protagonizado en su día con Álvaro Maior y una supuesta oferta del Newcastle inglés de la que nada se supo. El papel de Ruiz ha sido clave en la normalización de las relaciones.

El Levante no suele desplazarse nunca fuera de Valencia para verse con un agente, pero esta vez lo hizo no sólo por tratarse de Mendes sino por su gran interés en Diego Costa, un antiguo objeto de deseo. Estando en Segunda, Quico Catalán ya le pidió su cesión a García Pitarch, entonces director deportivo del Atlético. Los granota volvieron a la carga el pasado verano y volvieron a tantearlo en enero. En invierno faltaba un delantero que se adaptara rápido pero las dudas sobre su lesión echaron atrás la intentona. Y eso que el interés de Juan Ignacio en echar mano de un jugador que ya tuvo a sus órdenes en el Albacete era fuerte. Hoy por hoy sigue siendo el objetivo número uno para el ataque.

Sin embargo, la cita con Mendes fue menos productiva de lo que se esperaba, ya que Quico y compañía se volvieron de vacío. El viaje relámpago —el presidente participaba por la tarde en un coloquio en Valencia— sirvió para constatar que la posibilidad de ficharlo es tan real como complicada. Mendes explicó que el Levante, que ni quiere ni puede rascarse el bolsillo, tiene que esperar. En este momento el brasileño escucha ofertas y apunta al extranjero pese a que hay clubes españoles llamando a su puerta. Si el verano avanza sin que se concrete nada, su llegada a Orriols cogería fuerza pero Manolo Salvador, de todos modos, no lo ve nada claro y está haciendo marcha. El director deportivo tiene opciones abiertas, sobre todo porque si se marcha Koné harán falta dos delanteros de primer nivel.

Quico le dijo a Mendes que no va a cerrar ninguna puerta, aunque dejó claro que 12 millones es una cifra absolutamente prohibitiva. Costa tiene un año más de contrato con el Atlético, que quiere hacer caja, y la única vía para traerlo es que no cuaje ninguna oferta, que el club colchonero le prorrogue el contrato para volver a cederlo o bien que lo rescinda. El futbolista, por su parte, quiere echar raíces en un sitio fijo después de un rosario de cesiones. Necesita sentar definitivamente la cabeza.

En el cónclave entre el Levante y Mendes se habló también de Helder Postiga, aunque el el interés por él se ha enfriado. Su perfil no es el que mejor encaja con el estilo de juego del equipo de Juan Ignacio, que quiere a un jugador más independiente y explosivo, capaz de generar juego por sí solo. El entrenador, de hecho, es quien ha parado las gestiones, que estaban bien encarriladas por el deseo de Gestifute de ponerle la camiseta azulgrana la próxima temporada.

Quien sí encaja en los planes deportivos, que no económicos, es Miguel Lopes, otro de los ofrecimientos de Mendes. El lateral derecho del Sporting de Braga, que también puede ocupar el izquierdo, fue ofrecido en la cita de Valencia, es del agrado de los técnicos por su proyección. Logró el ascenso con el Betis en 2011 y el verano pasado lo fichó cedido el Zaragoza, que no pudo inscribirlo por problemas burocráticos y le tuvo que pagar 150.000 euros de indemnización por los seis meses que estuvo sin equipo para evitar un juicio. Propiedad del Oporto, ha jugado la última parte de la temporada cedido en el Sporting de Braga, donde se ganó la convocatoria para la Eurocopa. Su ficha es de unos 300.000 euros aunque Mendes avisó de que tras haber estado en la Eurocopa su cotización ha subido como la espuma.