La plantilla se moja por Juan Ignacio

Los pesos pesados del vestuario presionan a Quico para asegurar la continuidad del de Rabasa

Rafa Carretero | 23 ABR. 2012 | 17:17

"A este entrenador hay que tenerlo contento. Nos viene como anillo al dedo. En este momento no me cabe en la cabeza que tras la mejor temporada del Levante en su historia no continúe". Claro y directo. Sergio Ballesteros no se anda por las ramas y fue el primero en romper una lanza por Juan Ignacio Martínez, cuya continuidad está en el aire. Y es que el distanciamiento del míster con Quico Catalán y su directiva es un secreto a voces imposible ya de ocultar por la propaganda oficial.

Quico había dado por renovado a JIM unilateralmente con la permanencia, pero lo cierto es que el presidente sabe desde hace tiempo que esa cláusula es tan ilegal como la de Koné con el Sevilla que él mismo lleva tiempo pensando en denunciar. Los abogados consultados dan la razón al entrenador, que podría liberarse por las bravas sin dejar ni un euro en la caja —nada del millón de la cláusula— a la espera de que un juez determinase una compensación. En la reunión del pasado jueves, Catalán perjuró ante el Consejo que la cláusula es bilateral y por tanto válida, pero no su mensaje no ha calado.

Los jugadores lo saben y en el tira y afloja entre directiva y cuerpo técnico se siguen posicionando. El siguiente ha sido Munúa, el héroe del Pizjuán: "Es fundamental que Juan Ignacio continúa la próxima temporada. Se trata deán entrenador que se hace entender fácilmente y que ha conseguido la mejor campaña de la historia del club".

Quico asiste con preocupación a los acontecimientos. En su círculo asegura que ni se le pasa por la cabeza mejorar la ficha de JIM, una de las más bajas de Primera pese a su argumento de tener contemplados jugosos premios que va a embolsarse. Sin embargo, lo cierto es que el problema no es de dinero, puesto que el entrenador no ha pedido un aumento sino que se queja de la falta de respaldo de una directiva que lo ha hecho de menos y que en el fondo piensa que sería fácil reemplazarlo.

El posicionamiento de los futbolistas está haciendo mucho daño a Quico a nivel de imagen. Tanto es así que en las próximas horas podría tragarse algún que otro sapo. Es más, desde el club se está intentando extremar las precauciones con las apariciones públicas del míster, quien pese a estar demarcándose tampoco está dispuesto ahora a caer en manos de una maniobra de propaganda para aparentar que aquí no pasa nada.

Tanteado por varios clubes extranjeros, Juan Ignacio no quiere marcharse de Orriols dando un portazo pero tampoco continuar aquí haciendo equilibrios sobre un alambre. Todo apunta a que el futuro le guarda una sorpresa a Quico, que se había tomado a broma o como una burda maniobra de presión los cantos de sirena desde Inglaterra.