"No vamos a bajar"

El vestuario granota hace piña

Rafa Carretero | 21 FEB. 2012 | 15:06

La resaca de los cinco goles del Rayo ha sido dura de digerir. Ayer fue un día complicado en Orriols, con reuniones, llamadas y mucho análisis. El ruido de la derrota ha llegado a todos los rincones, pero en el vestuario, pese a que la preocupación es un hecho, están convencidos de que van a sacar esto adelante y de que el equipo no va a descender pese al canguelo que le ha entrado a una buena parte del levantinismo, especialmente crítico con su equipo.

La comunión del año pasado con la grada ya no existe, pero aun así hay motivos para seguir creyendo en un grupo que ha estado 18 jornadas seguidas en puestos de Liga de Campeones y que aún tiene un colchón de nueve puntos sobre el descenso. El Levante sabe que con cuatro triunfos bastará para evitarse problemas y tiene claro que cerrando el grifo atrás, ofensivamente se trata de un equipo que siempre marca. Además, la recuperación de hombres como Barkero y Valdo, amén de la incorporación de Ghezzal, son un buen sorbo de optimismo.

Eso sí, lo que tiene claro el conjunto, y eso es algo que en la charla de esta mañana en Buñol, que ha sido más severa de lo habitual, es que "para ganarnos nos tienen que matar". Se trata del punto más álgido de la arenga del técnico, que precisamente es el responsable del cartel con ese mismo lema que puede leerse en la puerta de entrada al vestuario. La clave es recuperar los valores y permanecer lo más unidos posible. Los jugadores también han visionado unas imágenes con los errores cometidos el domingo, en especial en defensa.

De cara al partido en Cornellà, lo cierto es que no habrá ninguna revolución aunque posiblemente sí algún cambio puntual. Las miradas están centradas en Farinós, que podría ceder su puesto a Iborra, una petición cada vez más fuerte desde la grada e incluso desde dentro del club. El de La Torre podría ser el cabeza de turco de la mala racha, aunque el cuerpo técnico está satisfecho con su rendimiento. Y es que individualmente se le puede reprochar poco, ya que pese a su pérdida en el tercer gol, protagonizó una buena oportunidad para marcar y dio dos asistencias de nivel. Pero el problema es de conjunto. Por su estilo de juego, ralentiza en exceso los movimientos del equipo, cuyas transiciones son infumablemente largas. Pero más allá de eso, que nadie espera cambios traumáticos.