Subidón de moral pese a Undiano

La labor arbitral fue otra vez decisiva

Rafa Carretero | 13 FEB. 2012 | 17:37

Pese a la derrota, el Levante ha vuelto de Madrid con la moral alta. La imagen del equipo fue buena contra todo pronóstico y la ocasión incluso sirvió para recuperar las señas de identidad perdidas en las últimas jornadas. El equipo cayó ante el líder, pero lo hizo dando la cara y estuvo por delante en el marcador toda la primera parte. Sólo a raíz de la expulsión de Iborra el Madrid impuso su superioridad. Jugando con uno más.

Tal vez hablar de atraco sea excesivo, pero lo cierto es que Undiano Mallenco le echó a los granotas una mano al cuello. El árbitro fue protagonista, una vez más, con lo que se acrecienta la mala racha de los de Juan Ignacio, últimamente escaldados con decisiones que claramente le han perjudicado. Hubo un gol legal anulado a Benzema en una acción dudosa, pero Undiano resarció al Madrid perdonándole la expulsión a Sergio Ramos, que fruto de un calentón personal pateó a Del Horno sin venir a cuento.

Undiano lo vio, pero estimó que la agresión era merecedora solo de amarilla. El Madrid debería haberse quedado con uno menos cuando perdía 0-1 e Iborra había tenido una ocasión para el 0-2, pero lo que ocurrió fue justo lo contrario. Al borde del descanso, precisamente Iborra se iba a la calle por un penalti infantiloide. El canterano acunó el balón en brazos y la pena máxima fue clave, aunque la tarjeta, que era la segunda, fue excesivamente rigurosa, sobre todo en comparación con lo ocurrido con Ramos. Los granotas no le perdieron la cara al choque, pero salvo milagro todo estaba de cara para el líder de la Liga, al que aún no le han pitado ni un penalti en contra y que de venía de que en Getafe le perdonaran uno clarísimo a Pepe. Así cualquiera.