De Corradi a la noche mágica del Brujas

El Valencia tiene buenas estadísticas ante equipos belgas en Mestalla

Jose Hernández | 23 NOV. 2011 | 11:38

El fútbol belga nos eliminó del mundial 86. En aquella ocasión, un fallo de Eloy Olaya en la tanda de penaltis selló el pasaporte de regreso para la selección española. Fue uno de los momentos de máxima ebullición de Bélgica. Desde entonces, ni la selección ni sus equipos nos dieron demasiados disgustos.

El Valencia Club de Fútbol se juega su futuro en la Liga de Campeones ante el Genk. Los partidos decisivos hay que ganarlos; en ese sentido no puede ser igual jugarte la vida ante poderosos alemanes, que frente a belgas carentes de la calidad suficiente que pueda hacerte daño.

El peligro viene de Alemania. El valencianista de solera lo sabe, hasta el punto de temer ser devorado por otro equipo alemán una vez más. Son tantos en la lista, que la fornida presencia de once alemanes inquieta a Mestalla hasta el punto de saberse de antemano derrotado.

Los belgas sin embargo, son un valioso comodín. Solo nos ganaron una vez en más de 25 años. Fue en Brujas y lo hicieron de forma deshonesta. Frente a belgas debutó David Villa con la camiseta del Valencia en una noche que no estaba elegida para él; se coló en la fiesta de Patrick Kluivert, la pantera que solo rugió frente a aquel Gent en el verano de la Intertoto 2005.

Poco tiempo antes, el Valencia se enfrentó en Bruselas a un equipo llamado Anderlecht, que era la sombra de lo que algún día fue con "Rensenbrinks" y finales de Recopas. Ese mismo Club nos ganó en 1983, en la última eliminatoria europea que jugamos antes del fatídico descenso a segunda división. Aquella fue la última vez que nos eliminó un equipo belga.

El Anderlecht que nos encontramos en 2004 estaba preparado para una nueva derrota. Fueron capaces de perder los seis partidos del grupo de clasificación; contra el Valencia no iba a ser menos.
Los goles de Corradi y Marco Di Vaio dieron esperanzas de clasificación al Valencia en la última jornada, más aún cuando el delantero del Inter de Milán Obafemi Martins marcaba para los italianos en el Weserstadion de Bremen y dejaba en bandeja la segunda posición para el equipo "ché". Pero el peligro y los disgustos vienen de Alemania y a aquel equipo de Ranieri la derrota de la última jornada frente a los de Bremen les iba a costar muy caro.

Hoy debe ser una gran noche de Champions. El "espíritu del Brujas" debería guiar al equipo de Emery.
19 de Febrero de 2010. El Valencia pierde en Bélgica el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Europa League. El juego duro del Brujas no es neutralizado por el colegiado, que sin embargo sí decide expulsar al "mago de Arguineguín", David Silva.

Mestalla espera herido la visita de su rival centroeuropeo. El ambiente es el de las grandes ocasiones. El espíritu de las noches europeas vuelve al estadio. En el primer minuto, Juan Mata empata la eliminatoria; parece que será un camino fácil pero el equipo blanquinegro deberá labrarse a fuego su puesto en octavos. Los minutos pasan, los belgas dan más patadas y ralentizan el juego. La clasificación será cosa de casta y de arrojo mientras la prórroga se asoma como ese enemigo de la condición física de los equipos de Emery, pero aquella es una noche especial y Mestalla lo percibe. El fútbol del Valencia se impone a las agresivas entradas del Brujas; Pablo Hernández consigue marcar dos goles en el tiempo extra que enloquecen la noche valenciana. El 3-0 final da paso a la fiesta, nadie se acuerda de que aquello solo es la Europa League.

Hoy es Champions, el rival es belga y toca ganar. No hay razones para no hacerlo... Amunt!