Unai Emery vs Manolo Llorente

Dos maneras de entender el Valencia

Toni Hernández | 04 NOV. 2011 | 08:14

Me apetece el partido del sábado. Un LevanteValencia en Primera División siempre es bueno para eL fútbol valenciano, para la ciudad, para todos. Se lo he dicho en más de una ocasión a Quico Catalán, el presidente granota. Cada uno irá con sus colores, pero lo importante es poder disputar un partido de máxima rivalidad. Faltan 24 horas para eso. Y hablaremos largo y tendido.

Pero antes quiero parar en unas declaraciones de Unai Emery a un medio nacional: “no voy a vender que el objetivo es la Liga”. Las leo. Las releo. Y estoy de acuerdo con ellas. ¿Me sorprendo? No, me acuerdo de Manolo Llorente cuando dijo que sí, que ese era el objetivo. ¿Quién lleva razón? Eso da lo mismo. Y puede que ambos la tengan, dentro de sus pautas. Pero hay algo más importante que todo eso. EL discurso que debe surgir desde el Valencia es el de la unión absoluta. Tiene que ser un solo mensaje, fuerte, directo, convencido, arrollador.

¿Estoy criticando? No, estoy pidiendo. Porque siendo del Valencia, siendo incondicional (es decir, el que es sin poner condiciones para serlo), lo que me digan, si no es una completa estupidez (algo que nunca hay que descartar en su totalidad), lo llevaré como mi filosofía. Y si es lógico, y me llega al alma de seguidor, más aún.

A veces olvidamos que el aficionado piensa. Sufre, padece. Tiene memoria. Y si alguien piensa que no se acuerdan de lo que dijo el presidente hace un mes, se equivocan. El problema no es lo dicho. El problema es el mensaje. Sus diferentes direcciones.

Manolo Llorente y Unai Emery, junto con el departamento de comunicación del Club, deberían sentarse y hablar. Tampoco mucho, un ratito. Y aclarar por dónde se va y por dónde no se va. Es muy fácil. Sólo hay que tener un plan y llevarlo a cabo.

Una cosa más que por mis virus no he podido tratar. Los gritos de “burro, burro” del partido contra el Bayer Leverkusen no me pueden parecer por mucho que yo en ese momento pensara que el cambio no era el adecuado. Nos estábamos (y aún lo hacemos) jugando la vida deportiva en la Champions League, y aunque terminó bien, la pinta no era nada buena…

Desde ya, hablemos del derbi de la ciudad de Valencia, que apetece.