Unai no cambia
Cuatro años igual, bien con el Barça, mal con el Sevilla, mal en Champions...
Su planteamiento con las rotaciones, exageradas, sigue siendo su manual de estilo, y aunque cada día que tiene un partido importante varía de cinco a siete futbolistas, es incapaz de unir dos buenos partidos si, consecutivamente tiene dos rivales de tronío.
El calendario le ha sido esquivo en este inicio de temporada donde ha tenido que jugar en 15 días contra el Atlético de Madrid, su primer desplazamiento en Champions, contra el FC Barcelona, el Sevilla y ahora contra el Chelsea.
Y el resultado de todos es conocido. Buen partido contra el Atlético con mejor resultado que juego. Desastre en Bélgica. Buen partido contra el FC Barcelona con un resultado agridulce y ruina en el Sánchez Pizjuán donde a Unai se le nublan las ideas.
Las malas noticias son que en Champions, contra equipos de calidad, al entrenador del Valencia también se le atraganta el examen. El año pasado, la visita del líder de la Premier, el Chelsea, se selló con un 0-1 que ponía la clasificación cuesta arriba, claro que la temporada pasada los otros dos equipos del grupo eran de un nivel muy inferior, los turcos del Bursaspor y los escoceses del Glasgow Rangers. La victoria en Turquía facilitó la perspectiva del grupo, pero el partido de Escocia fue un auténtico milagro que no se perdiera.
Unai sigue siendo el azote de los equipos pequeños de la Primera División y ha hecho de su Valencia un equipo bastante fiable a domicilio, sobre todo cuando se mide, como decimos, a los conjuntos de la parte media baja de la tabla. En cuanto el nivel de los rivales sube, sus planteamientos son peores y sus resultados infames. Si la temporada sigue con el mismo discurso, el Real Madrid nos ganará los dos partidos, como siempre, y acabaremos peleando a final de temporada por un puesto en Champions a años luz de los dos primeros de la clasificación, y, con suerte, caeremos en los octavos de final de la máxima competición europea, si es que tenemos la suerte de superar al Bayer de Leverkusen, porque los equipos alemanes también se nos atragantan... renovarse o morir.