El Valencia y el valencianismo

En la profesión uno ya tiene sus años, y en la vida también, por suerte o por desgracia. Las interpretaciones de las cosas tienen sus puntos de vista, y cuando estás en la batalla diaria de la “cartxofa”, las cosas tienen una perspectiva distinta a cuando no lo estás.

Cuando cada día puedes expresar lo que piensas mediante un micro, todo se relativiza, porque lo que no dices hoy, lo dices mañana. Si alguien te contesta, tú tienes la réplica a la jornada siguiente. Ahora, al ,menos para un servidor, la batalla cotidiana se ve desde otro prisma.

Me quiero centrar en los temas deportivos, que al final, es lo que a la gente le interesa. Esta semana hemos vivido una agria experiencia Champions. Fuimos de “tarzanes” a Bélgica, y no pudimos, supimos ganar. Quizá sólo fue mala suerte, pero lo cierto es que nos hemos complicado la vida, y ahora no podemos fallar contra los alemanes.

Vimos que el Valencia tiene talento, pero en bruto. Canales, Dani Parejo, Piatti, Feghouli… Son gente de un indudable futuro, pero que tienen que pulirse. No podemos jugar a resolver con el talento, porque los Villa, Silva, Baraja, Joaquín o Mata ya no están. Debemos hacerlo de otra forma y manera, porque si no, podemos sufrir en exceso en sitios o partidos donde antes se ganaba con calidad.

Esto ni es malo ni debe generar una alarma social deportiva. Simplemente es un hecho que no podemos ni debemos obviar, porque en ese caso, nos podemos pegar algún susto que no toque, tipo el del martes.

Este sábado hay un partido similar, parecido. En Gijón se han obtenido buenos resultados estos años atrás, pero sin jugar brillante, con talento. Bastará que diga esto para que alguno de los buenos jugadores que tiene Unai se marque un partido de escándalo, pero hay que tener muy claro que el bloque, el grupo, debe empezar a imponerse a la individualidad. No lo olvidemos.