El Valencia se "traga" a Miguel y a Maduro

No han podido encontrar salida a los descartes de Unai

Jaime Campos | 01 SEPT. 2011 | 03:05

El Valencia ha intentado hasta última hora de la noche rescindir el contrato de Miguel y darle una salida digna a Maduro, con quien parecía haber llegado a un acuerdo para que jugara este año cedido en el Espanyol de Barcelona.

La opción Maduro

La situación con Maduro ha sido incómoda pero se podrá superar. El centrocampista holandés no ha convencido a Unai en ninguna de las posiciones donde lo ha utilizado. Ni como pivote defensivo ni como central. Su falta de contundencia defensiva y sus numerosos errores en la transición de la pelota le han quitado la confianza del técnico que no ha querido aceptar su rol como cuarto central y había exigido la llegada de otro defensa. La solución parecía próxima con el interés del Espanyol, pero finalmente, el club perico ha cerrado la cesión de Romaric, procedente el Sevilla y ha dejado al Valencia compuesto y con Maduro. No obstante, la profesionalidad y el trabajo del internacional holandés no cree nadie en el cuerpo técnico que vaya a generarles ningún problema.

Miguel, sin mercado

Peor ha sido la situación de Miguel Brito. El club ha estado trabajando en consonancia con su representante, Barbosa, la rescisión del contrato del luso. No obstante, el lateral no tenía ninguna oferta y no estaba dispuesto a perdonar ni un céntimo del año de contrato que le restaba. La situación con Miguel en el club es insostenible. Sus constantes faltas de disciplina no sólo tienen harto al cuerpo técnico si no que consideran que puede ser una pieza que enturbie el buen vestuario que se está generando. Unai había pedido que le sacaran al portugués del equipo pero, ahora mismo, el lateral internacional luso no tiene mercado. Ningún equipo ha intentado su contratación ni con la carta de libertad del Valencia. Miguel, como trabajador, tiene derecho a ejercer su trabajo y a desempeñarlo dignamente, así que tendrá sitio en Paterna. Un auténtico marrón para un jefe que no lo quiere ni ver. Aún así, cabrá recordar que la temporada pasada y en las mismas circunstancias, acabó siendo el lateral titular.