No más líos con las primas

El Consejo de Administración del Levante abordó en su última reunión ordinaria, hace unos días, imponer un cambio en el reparto de las primas de cara a la próxima temporada. Hasta ahora el club negociaba con los capitanes la concesión de una cantidad determinada por objetivos, pero no entraba en la manera en la que los propios jugadores decidían a su libre albedrío cómo y entre quién dividirla.

Sin embargo, dos años seguidos de conflicto han empujado a la entidad de Orriols a tomar la decisión de tutelar mejor el proceso. La temporada pasada el problema se originó con el extra del ascenso y en esta ocasión la jugada se ha repetido con el de la permanencia, que para más inri todavía no es matemática. Esta vez, de hecho, el roce ha sido especialmente virulento, ya que ha enfrentado al entrenador con una amplia parte de la plantilla.

Aunque hay consejeros que se mostraron partidarios en la reunión de dejar las cosas como están argumentando que “en casi todos los clubes se hace igual”, lo cierto es que son mayoría los que consideran “muy conveniente” que la próxima temporada en el documento que el presidente firme con los capitanes concretando una cantidad por méritos deportivos (1,5 millones este año por la continuidad en Primera) se introduzcan cláusulas que fijen unos criterios sobre cómo repartirla.

Y es que, con la salvación aún en el aire, el club ha visto con preocupación cómo la disensión interna se ha traducido en retrasos en entrenamientos, la suspensión de una sesión a puerta cerrada, reuniones internas y cierto mal ambiente en privado en un vestuario que siempre se ha caracterizado por la armonía y el buen rollo.

Antes de jugar en Bilbao, Luis García explicó ante todo el vestuario que no compartía la manera en la que se había decidido repartir el dinero, dejando fuera a los canteranos que suelen trabajar con el primer equipo y recortando los premios para su cuerpo técnico y demás personal que trabaja a diario con los jugadores.

Curiosamente, la directiva valoró la temporada pasada no premiar el posible ascenso por la maltrecha situación económica de las arcas. Pero tras un intenso debate se decidió hacerlo para no perder competitividad entre los jugadores. La balanza se decantó a favor de las primas porque con el ascenso se veía más como una inversión que como un gasto, igual que ha ocurrido este año. Y es que son más los beneficios de estar en Primera que el perjuicio de pagar extras que la cúpula azulgrana tiene decidido cargar al presupuesto del próximo ejercicio.