¿El Valencia quiso hacer todos los traspasos que hizo este verano?

El entorno del Valencia ha criticado mucho los traspasos que hizo el club este pasado mercado de invierno. Hablamos, claro, de Mosquera y de Yarek, dos centrales formados en casa, en los que siempre se han tenido muchas esperanzas, y que al final han salido al mismo tiempo del club, algo que no entraba en los esquemas mentales de nadie.

Al club, como es habitual, se le han dado muchos palos, de todos los colores. Y lo cierto es que habría que analizar con calma las cosas y no obcecarse en que como manda Meriton, todo siempre está mal. A Mosquera se le ha estado intentando renovar más de año y medio, con lo que el latiguillo ese de “la oferta es buena pero llega tarde”, aunque se ha institucionalizado, tiene poca fuerza real.

El chico, por lo que sea y me parece muy bien, tenía decidido irse, y al final, se ha ido. ¿Para bien? No le deseo ningún mal, al contrario, que aquí cada uno toma sus propias decisiones. Quizá esté sobrando algo de sainete que el fútbol es muy perro, pero no voy a entrar lo que hace cada uno con su vida.

De Yarek se dijo hasta la saciedad que había sido vendido contra su voluntad, y se llegó a implantar el discurso, pero esta misma semana, el chico dijo que “llevaba 4 meses sin jugar y llegó la oferta. En el Valencia me iba a quedar estancado. Mi salida fue beneficiosa para los dos. Respeto que no jugara porque el entrenador manda  y el equipo iba en dinámica ganadora. Entiendo perfectamente la decisión”.

No veo aquí mucha presión por parte del club, pero debe ser que me hago viejo. No me hubiera gustado vender a ninguno, pero los futbolistas siempre están donde quieren, y donde no quieren, por las razones que sea, no están.