El clima social que se vive en el entorno del Valencia

La tensión social que se vive en Valencia, ahora mismo, ha bajado varios enteros. El fútbol tiene una serie de reglas no escritas, por más que nosotros queramos, que cuando se dan, en el signo que sean, generan una serie de situaciones que no se pueden parar. “Si entra la pelota, todo va bien”.

Quien pretenda ir contra esto está en su derecho, pero se va a estrellar contra una pared, porque si el equipo, el que sea, gana partidos, ya puede estar en llamas el establo, que la situación no será de tensión. Quiero recordar, porque las cosas se idealizan, que el Valencia de las ligas de Benítez era un polvorón diario, con el consejo a bofetadas siempre, con el entrenador y el director deportivo sin hablarse, pero se ganaba, y todo valía y era bueno.

Si este año ganáramos la Liga, que obviamente es algo que no va a suceder, por más que Lim se haya empañado en calentarnos a todos de un modo extremo, el ambiente en la calle y en Mestalla sería de fiesta. ¿Que siempre habría gente que estuviera enfadada? Seguro, cuando toca la lotería siempre piensas que podrías haber comprado más, pero eso no significa que no te haya tocado. 

Que el clima volverá a ser caliente es tan seguro como el hecho de que este equipo, por su juventud y sus carencias, tendrá más baches a lo largo del año. Pero si al final todo depende de que el balón entre o deje de entrar, yo creo que todos tendríamos que darle una pensada a las cosas, analizar con un poco más de perspectiva, y sobre todo, intentar aplicar soluciones que fueran en consonancia con lo que pasa, y no con lo que pretendemos que pase, que es un vicio que tenemos demasiado extendido en estos lares.