Un entorno del Valencia en guerra o con discursos utópicos, perfecto para Lim
Tener los pies sobre la tierra es algo básico, siempre, pero cuando hay una situación como la que tenemos, mucho más aún

Si las alternativas a Lim en el Valencia son delirios de una noche de verano, Peter Lim debe estar la mar de cómodo en su casa de Singapur viendo cómo no va a pasar que altere esa paz. Es duro decirlo, mucho, pero lo es más el hecho de tener la más absoluta certeza de que va a ser así. No queremos afrontar el problema, y por lo tanto, vamos muy perdidos en cuanto a la solución.
Y encima, cuando dices estas cosas, sin faltar al respeto a nadie, lo único que terminas consiguiendo es llevarte una buena ristra de insultos y descalificaciones. En gran parte de ese mundo virtual y paralelo de las redes sociales, pero es que hoy, por desgracia, gran parte de nuestras vidas transcurre allí.
Esas guerras, que no deberían darse de ninguna manera, y nos dividen, nos enfrentan, siembran un odio que ya está cogiendo los tintes del proceso de venta, que es la mayor vergüenza que hemos tenido en este club, a nivel social, en muchísimo tiempo. Porque aquí el problema es que no hay una alternativa real que nos aglutine a todos, que sea inapelable, que tengas que apoyarla sí o sí más allá de cualquier otra cosa. Que ahora salga Martín Queralt con el tema de 112 millones para comprarle a Lim…
Uno sabe que es mejor no calificarlo, porque sólo conllevará más problemas y más líos. Pero es obvio que esa vía no va a arreglar nada, absolutamente nada. No entro ya en los mundos de Zorío, que también hablan por sí solos en cuanto a todo. La dura realidad es que no hay nada real, no hay nada a lo que agarrarse, no existe, hoy, una opción para poderle comprar a Lim el club. Y eso sólo juega a su favor, nos guste más o nos guste menos.