Vivir en el drama permanente en el entorno del Valencia

“En el Valencia todo parece un drama, pero estamos en el objetivo. No podemos estar en el drama continuo. Si tuviésemos 4 puntos, ¿qué hacemos? ¿Nos suicidamos?”. Las palabras de Rubén Baraja en la previa del partido contra el Mallorca son algo para que todos reflexionemos, con mucha calma, y veamos en lo que nos estamos convirtiendo solitos, sin ayuda de nadie.

Nos gusta este estado de nervios, que todo esté al límite, tener el borde del principio debajo de nuestros pies. Y no, así no se puede vivir, no se puede aguantar, porque luego terminas jugando “finales” en noviembre, y eso no hay cuerpo que lo resista, de ninguna manera. El equipo es el que es, llevamos los puntos que llevamos, y tenemos las carencias que tenemos.

Eso de estar en modo histérico debe responder a algún tipo de interés, porque no es normal, no es sano, no es positivo. La sensación es que se busca enmerdar, con todas las letras, y eso es una auténtica aberración, porque nos olvidamos que al final todo repercute de forma negativa en el Valencia, y que no nos demos cuenta es para volverse loco.

Que vamos a sufrir hasta el final es algo que intuimos todos, pero de ahí a que sea siempre y porque sí, es que no puedo comprenderlo. Y nadie está diciendo que las cosas no sean como son, que la plantilla es justa, que la política de fichajes ha sido marciana, que nos falta de todo… pero por favor, si no estamos en zona roja, no vivamos como si estuviéramos en zona roja, porque eso desgasta como no podemos imaginar.