Rubén Baraja, entrenador del Valencia, y alguien en quien creer

Creo en Rubén Baraja y en su Valencia, no porque piense que el Pipo es un mago que todo lo puede arreglar con un simple truco, sino porque lo conozco muy bien, desde hace muchos años, hemos hablado siempre muy claro de todo, y si alguien como él me dice que esto lo saca adelante, yo sólo puedo tener en mi cabeza que lo hace, porque le he visto conseguir cosas mucho más complicadas que no tiene sentido resultar ahora, porque ya las sabemos.

Él y mi otro gran amigo, Mista, me dejaron pendiente una cosa, a mí y a todos, y ojalá que un día la puedan cumplir, aunque ahora eso queda muy lejos y estamos en otras batallas mucho más desagradables. El Pio siempre ha hablado de un proceso, de un trabajo, de un cambio ese “clic”, que cuando se dé, que se dará, nos hará salir, aunque vayamos a pasarlo muy mal de todos modos, que esto ya no se cura hasta que acabe el curso en el mejor de los casos.

Pero si hay algo que nos ha dado es sinceridad y honestidad sobre lo que tenemos delante, sin montarse películas que fueran más allá de la realidad, que tenemos que luchar por no bajar a Segunda. Veo al equipo de otro modo, incluso al entorno, que vive en uno de los estados de ansiedad y nerviosismo, y más cosas, más extremo que yo he visto en mi vida, y pensaba que en esto lo había visto todo.

Pero Rubén, que es un tipo tan tranquilo como aparenta, que las mesurado en lo bueno y en lo malo, al menos nos ha dado una perspectiva real de todo con la que yo me siento cómodo, porque quiero saber lo que hay realmente y no pensar que pueda ser otra cosa. Por muchas cosas quiero que le salga bien, pero es que como entrenador y gestor de grupo está demostrando que tiene argumentos para que le salga bien, con todos los obstáculos con los que cuenta.