Ayudar al Valencia, arrimar al hombro antes de que no haya otra opción

Mestalla debe dejarse la vida por el Valencia, por este equipo, por estos jugadores y por este entrenador. Y conviene decirlo desde el principio, sin dramas ni excesos, porque tenemos esa extraña manía de contemporizar en determinados momentos, y luego pensar que el mundo se acaba en otros.

El primer partido de Liga en casa fue un tanto extraño, porque había ganas e ilusión, el campo se llenó hasta arriba, y luego empezó ese run run extraño con Copete, después con algún futbolista más, la ventaja nos duró un par de minutos, la Curva aún no estaba a pleno rendimiento, y se nos escapó una victoria que tampoco es que tuviéramos muy a mano porque no fuimos especialmente superiores a nuestro rival.

Estos días he leído y oído demasiadas cosas que, cómo decirlo, no creo que sean las más oportunas en muchos sentidos. Una cosa es que hubiera que completar la plantilla con dios fichajes, incluso tres, para poder ser un salto de calidad, y otra que se haya apuntado de manera un tanto salvaje a determinados jugadores, e incluso al propio entrenador del equipo, cuyo crédito parece que ya no debe existir, porque se ha olvidado demasiado rápido.

Lo de hoy contra Bordalás no va a ser fácil, de hecho nunca lo es (el año pasado fue una excepción), y vamos a tener que apretar mucho los dientes y el trasero para que todo salga bien, ayudando al equipo y dejando de lado, a ser posible, el famoso run run del que hablaba antes, y ese señalamiento a determinados futbolistas, porque eso puede desahogar, no lo niego, pero no ayuda nada al equipo, que entiendo que al final debería ser lo único importante.