Dimitri Foulquier o el clásico jugador que se gana a Mestalla a pesar de todo

El lateral derecho que vino del Granada se ha metido al público en el bolsillo, y le ha dado la razón al técnico con su fichaje

Toni Hernández | 04 NOV. 2021 | 08:30
Dimitri Foulquier

Dimitri Foulquier es el clásico jugador que nos gusta en Valencia, de los que suele cuajar, de los que gusta a la grada aunque le estemos diciendo que tiene una relación complicada con el balón, por decirlo de una forma delicada. Un tipo que conoce su oficio, que es honrado, que tiene muy claro cuál es su rol (que algo mucho más importante de lo que nadie se pueda imaginar), y que cuando sea titular morderá al rival, y cuando no lo sea, morderá al compañero que actúe por él para recordarle que, sino va con todo, él lo pasará por encima.

En un Valencia grande, estos jugadores siempre han estado, eran el 17-18 de la plantilla, pero aportaba ese diferencial necesario para hacer la plantilla larga y que uno perdiera nada de competitividad. No es excepcional en nada, pero sabe ser aplicado en todo, y te sirve para ser lateral derecho o lateral izquierdo, y en un momento dado, algo que no hemos podido ver aquí todavía, para jugar por delante de esa lateral en una posición más ofensiva, que es otra forma defender, no es que tenga que ver con su desborde, que no es precisamente su fuerte. Va a jugar mucho, posiblemente más de lo que debiera, y todo ello dicho desde el respeto, porque está claro que este Valencia no va sobrado de nada ni de nadie, y la aportación de este perfil de futbolistas se antoja como algo primordial para poder seguir creciendo.

Me gusta Foulquier hasta con sus limitaciones, y además aporta una cosa que es notoria, y es que tiene muy claro lo que debe dar al entrenador, que no en vano fue su máximo valedor a la hora de gastar un dinero que nadie pensaba que fuera a autorizar Peter Lim después de dos años sin traer a nadie, De los que jugadores que nos gustan, de los que en contexto positivo llegan a parecer mucho mejores de lo que son, y de los que cuando las cosas se ponen cuesta arriba, lo que te aseguran es que no le pierden la cara a la situación en ningún momento. Y eso nos hace la misma falta que los goles de los delanteros centros.