El paso de adelante de Gabriel Paulista con Bordalás

Gabriel Paulista debía dar un paso adelante como líder del Valencia. No sólo era suficiente estar integrado y sentirte en casa, incluso no bastaba con aquellas lágrimas de impotencia después del partido del año pasado en Getafe donde el equipo fue derrotado de forma humillante. Aquello nos acercó al Paulista más humano, pero esto es fútbol profesional, y además de este tipo de cuestiones, que tiene un gran valor, toca dar un rendimiento sobre el verde acorde con el rol, la categoría y la jerarquía de cada futbolista. 

El año pasado fue muy malo para él, y culminó con que se quedara fuera de una Eurocopa que Luis Enrique le había dicho que terminaría jugando. Todo salió mal, y esto, también. Porque cuando las cosas se tuercen, se termina torciendo para todos. Durante el verano, antes de la llegada de Omar Alderete, comentábamos que para sacar la mejor versión del ex jugador del Arsenal había que traer un perfil similar a Ezequiel Garay, que es con quien le hemos visto brillar más. El paraguayo tiene muchas cosas del argentino, aunque también comparte la sangre caliente con el brasileño, pero han llegado a un nivel de entendimiento casi impropio de una pareja que no ha jugado nunca junta.

Además, está más centrado y tranquilo que nunca, sabiendo que este equipo necesita de tipos maduros que sepan de qué va esto. Es lo que se le pedía, y es lo que está dando, y con el brazalete de capitán puesto, que posiblemente es otro de esos puntos que le hayan dado más sentido de la responsabilidad en todos los sentidos. Eso y el sentido de pertenencia, el querer participar en volver a hacer un Valencia grande. Que aquellas lágrimas de Getafe no caigan en saco roto.