La subasta del Valencia: todos los que vendisteis vuestras acciones, grandes o pequeños, calladitos

No queremos entender, porque nos molesta mucho, pero es la consecuencia de nuestros propios actos, de los nuestros, de los de nadie más

Toni Hernández | 03 MAR. 2021 | 08:00
Príncipe de Johor

Nosotros, miles de nosotros, vendimos el Valencia hace 18 años. A 600 euros la acción y haciendo colas para que nos las compraran Paco Roig o el mismo club, que eran al final para Juan Soler, tal y como se dejó claro más tarde. Hablo de miles de valencianistas, grandes y pequeños accionistas, que hicieron un pequeño negocio y no midieron las consecuencias. Porque todo lo que ha venido después es simplemente una consecuencia de todo lo anterior, ni más ni menos.

"Los accionistas del Valencia hacen cola para vender sus acciones". La noticia es de El Mundo, un 20 de mayo de 2003, y se dan todo tipo de detalles sobre las plusvalías que se conseguían en aquel momento. Un año más tarde, Juan Soler le compraría a Paco Roig, y sería la primera gran concentración de títulos de la historia. Y el germen de que al final, con unos gestores que no supieron leer lo que venía, o sí y no lo evitaron, hayamos terminado en manos de un máximo accionista. Mejor o peor, de casa o de fuera, pero dueño a fin de cuentas, por más que nos duela.

Hay muchos miles también que no vendieron, que no vendimos (tengo como orgullo decir que mi familia sigue teniendo 47 acciones), pero el problema fue que se hizo, y se hizo en masa. Hubo quien se quedó una acción para el descuento del pase, y poco más. El Valencia es una subasta, y lo seguirá siendo. Pero no por culpa de Peter Lim o del Príncipe de Johor. Por la nuestra. Y sí, muchos deben estar calladitos, en silencio total.